En
cuanto a la silueta y su relación con el ejercicio físico, es preciso
considerar que la forma del cuerpo depende principalmente de la estructura ósea
de cada individuo, es decir, de su esqueleto. La estructura del esqueleto está
revestida de grasa y de músculo, y este revestimiento es el que aporta la mayor
parte del peso del cuerpo. Pero tanto si se pesa demasiado como si no, es la
condición de los músculos del cuerpo lo que determina si uno tiene un contorno
firme y suave o lleno de bultos y la carne floja.
Músculos firmes para un cuerpo sin grasa
Los
músculos producen todos los movimientos del cuerpo, sostienen las posiciones
del cuerpo (de pie, sentado, derecho, etc.), forman una faja natural que
mantiene los órganos internos en sus posiciones correctas, empujan los
alimentos a lo largo del tubo digestivo, absorben el aire en los pulmones y
regulan la presión de la sangre. El corazón mismo es una bomba muscular. Hay más
de 600 músculos en el cuerpo. Todos necesitan hacer ejercicio de forma regular
y adecuada para conservarse sanos. Por esto es necesario hacer ejercicio cada
día con todos los músculos de todas las partes del cuerpo. Si existen algunos
grupos de músculos que no se usan, o se usan demasiado poco, tienden a
deteriorarse y pierden su tono, su fuerza, su firmeza y su elasticidad. Los
músculos que no se usan se vuelven débiles y fláccidos y terminan deformando la
silueta.
Unos
músculos flojos y fláccidos no pueden despegarse de la grasa y sacarla fuera
del sistema. Cuando la grasa se instala alrededor de los músculos, los dilata,
y los músculos dilatados se aflojan, haciendo que también se aflojen los
tejidos que se encuentran a su alrededor. La grasa puede hacer que el cuerpo
parezca firme, pero una pérdida de peso demostrará que no lo está. La pérdida
de peso por si sola no puede dar un nuevo tono a los músculos, esto solamente
puede conseguirse mediante el ejercicio. Además de definir la forma del cuerpo,
el ejercicio regular puede ayudar a prevenir las enfermedades deformatorias y
retardar el deterioro físico que acompaña al envejecimiento.