sábado, 25 de enero de 2014

Alcohol y salud: Una relación un poco peligrosa



En la actualidad, el consumo del alcohol por parte de las personas se ha incrementado hasta límites realmente alarmantes. Considerados por muchos como una adicción aceptada por la sociedad, el efectos de un exceso del alcohol en el organismo pueden resultar con el tiempo mortal. Sin embargo, en pequeñas dosis y procesado (como en le caso del vino tinto), puede llegar a prevenir hasta trastornos cardíacos.
En principio, el alcohol etílico, o etanol, se obtiene fermentando carbohidratos, y se puede emplear para conservar alimentos, tales corno frutas, y para matar bacterias. Este tipo de alcohol es popular por su capacidad de amortiguar los sentidos, tanto emocional corno físicamente, y se administraba antes de las operaciones cuando aún no se habían descubierto los anestésicos. Por su parte, las bebidas alcohólicas, cuya graduación puede variar, tienden a incrementar las ganas de comer y también reducen el autocontrol. No obstante, estos efectos, combinados con el contenido calórico de la bebida, pueden provocar un aumento importante de peso. 

La digestión del alcohol

La degradación del alcohol se inicia en el estómago. Si se toma alcohol con los alimentos, la enzima deshidrogenasa (encargada de la degradación) tiene más tiempo para actuar sobre él en el estómago, y sus efectos sobre el cuerpo parecen menores. El alcohol que no se degrada en el estómago pasa directamente al torrente sanguíneo y se descompone al pasar por el hígado. En general, el hígado es capaz de limpiar el cuerpo de unos 6 g de alcohol por hora, aunque esto varía de una persona a otra.
Por otro lado, existen varias razones por las que los hombres pueden tolerar más alcohol que las mujeres. Los hombres tienen mayor cantidad de alcohol deshidrogenasa en el estomago que las mujeres, así que degradan el alcohol más deprisa. Sus niveles de alcohol en sangre aumentan por tanto más despacio que los de las mujeres. Además, los hombres tienen más agua en los tejidos corporales que las mujeres. Hay por tanto más líquido para diluir el alcohol, así que permanece menos concentrado en el cuerpo de los hombres que en el de las mujeres. 

Del consumo a la adicción 

Las personas que beben diariamente de cuatro a seis unidades de alcohol (equivalente a un vaso de vino) pueden desarrollar un fuerte problema con la bebida, con efectos adversos para ellas mismas y para entorno familiar. La ingesta de dos unidades altera la concentración y afecta levemente al equilibrio. Cinco unidades alteran profundamente las reacciones; existe mayor riesgo de accidentes, y en la mayoría de los países esta cantidad está muy por encima del límite legal para conducir.
El consumo excesivo de alcohol puede provocar estupor, inconsciencia e incluso coma. La abstinencia de alcohol en personas consideradas “alcohólicas” provoca lesiones nerviosas y síntomas tales como temblores. En estos casos, la recuperación y el tratamiento médico y terapéutico del alcohólico es fundamental para evitar un problema de salud que lo lleve a la muerte.

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