En principio, cualquier actividad o ejercicio puede llevarse a cabo de
acuerdo a determinada intensidad. Por ejemplo, puede aumentarse la velocidad de
un movimiento en un ejercicio aeróbico o puede incrementarse el peso en un
ejercicio de fuerza; de una u otra forma se trata de hacer más intenso al
ejercicio. Por el contrario, la intensidad puede disminuir si los movimientos
son suaves o se utilizan pesos ligeros. Así es como el concepto de intensidad
se aplica de una manera práctica a los entrenamientos físicos y deportivos.
Por otro lado, los niveles de entrenamiento son aquellos que establecen
una diferencia entre individuos con experiencia en la práctica física e
individuos sin experiencia. Los primeros pueden denominarse expertos, mientras
que los últimos se conocen como principiantes. En algún momento, un experto fue
un principiante, mientras que un principiante puede ganar experiencia y
transformarse en un experto. En el medio encontramos dos niveles más: medio y
avanzado. Esta clasificación permite elaborar programas de ejercicios moderados
o intensos de acuerdo al nivel, es decir, a la experiencia de cada practicante.
Paso a paso: Así se construye un súper
cuerpo
Aunque parezca increíble, no todos los profesores o preparadores
físicos adoptan la idea del entrenamiento gradual, sino más bien todo lo
contrario. Es muy común encontrar a un principiante llevando a cabo un programa
con más de 15 ejercicios de fuerza, cuando su inexistente experiencia indica
que debería hacer sólo la mitad. Así es como se dan luego casos de fatiga
muscular, estrés físico y sobreentrenamiento que desembocan en un previsible
abandono de la práctica.
Paso a paso y etapa por etapa es como se construye un cuerpo en forma.
Para conseguir resultados definitivos, lo más importante es la continuidad,
ajustada siempre a una evolución en la intensidad. De nada sirve “matarse” en
el gimnasio para dejarlo luego de dos meses de actividad intensa. Lo ideal es
comenzar con un trabajo muscular suave, luego moderado hasta llegar a uno
intensivo. La fórmula del “grade training” puede aplicarse en diferentes
momentos: en un mismo ejercicio durante la rutina hasta todo el plan durante
varios meses. Por ejemplo, una sesión de caminata de 30 minutos puede terminar
con trote o carrera (15 minutos caminando, 10 trotando y 5 corriendo), al
tiempo que puede incrementarse la duración a lo largo de un entrenamiento
semestral. Así, se consigue adaptar el cuerpo a la resistencia y potencia de
una carrera, pero empezando desde lo básico: una simple caminata. Lo mismo sucede con ejercicios localizados, ya que es recomendable comenzar con pocas repeticiones hasta completar un plan de 2 o 3 series con una mayor cantidad de repeticiones.
"Si aplicas un criterio de entrenamiento gradual en tu plan de ejercicios puedes conseguir la continuidad necesaria que te permita alcanzar tus objetivos sin abandonar la práctica luego de un par de meses. La regularidad es la base del éxito."
"Si aplicas un criterio de entrenamiento gradual en tu plan de ejercicios puedes conseguir la continuidad necesaria que te permita alcanzar tus objetivos sin abandonar la práctica luego de un par de meses. La regularidad es la base del éxito."
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