En
principio, el ejercicio, además de ser un modo de gastar energía y mejorar la
salud, puede aumentar la autoestima, ofrecer motivación, reducir la ansiedad y
proteger al organismo contra el estrés (un factor que propicia el exceso de
ingestión de alimentos). Por ejemplo, en una persona que intenta perder peso
los cambios psicológicos favorables pueden aumentar el cumplimiento de la
dieta. El ejercicio puede tener este efecto incrementando un sentido general
del autocontrol.
Por
otro lado, el ejercicio puede minimizar la pérdida de masa muscular. Se ha
demostrado que hasta un 25% de la pérdida de peso conseguida únicamente a
través de una dieta puede ser músculo en lugar de grasa. La gente con exceso de
peso suele tener una mayor cantidad de masa muscular además de grasa, pero la
pérdida de tejido muscular durante la dieta puede llegar a ser peligrosa si el
cuerpo agota las reservas de proteínas en algunas de sus áreas esenciales. El
porcentaje de pérdida de músculo disminuye sustancialmente cuando el ejercicio
se combina con la dieta. Así, el cuerpo sólo pierde la grasa y conserva el
músculo.
Ejercicio físico para perder peso en reposo
A largo
plazo, la dietas que prescinden de la actividad física no funcionan porque no
generan la condición necesaria para que el organismo pueda mantener su peso
corporal. En cambio, el ejercicio físico puede contrarrestar el declive
metabólico que produce la dieta. La restricción de calorías produce una rápida
reducción del ritmo en el metabolismo basal, o sea, la cantidad de calorías que
el cuerpo consume en estado de reposo. Este declive puede ser hasta del 20%, y
puesto que el metabolismo basal implica nada menos que entre el 60 y el 70% del
gasto de energía total, frenar la caída del mismo es algo a tener muy en
cuenta. Esta reducción del metabolismo basal explica en gran medida la
situación de estabilización que alcanzan muchas personas que hacen dieta,
interrumpiendo su nivel de pérdida de peso incluso cuando la ingesta de
calorías sigue siendo la misma.
Por su
parte, el ejercicio físico aumenta la tasa metabólica basal, permitiendo quemar
una mayor cantidad de calorías en reposo y sin condicionar el proceso a una
dieta alimentaria. Tal es así, que el entrenamiento físico continuo y regular
es el único que permite mantener el peso corporal ideal a través del tiempo,
cosa que no sucede con las dietas. Porque está claro que el organismo no puede
vivir sometido a una restricción calórica constante (como sucede con una
dieta), pero si puede adaptarse sin problemas al ejercicio físico diario.
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