Luego es aconsejable tomar un buen baño y
posteriormente un desayuno bastante abundante que incluya frutas y cereales.
Antes de salir de la casa, conviene centrarse en una visión alentadora del día,
pese a todos los problemas que puedan llegar a presentarse. Así estaremos
preparados para liberar el estrés y las tensiones diarias de forma rápida y sin
que ello nos afecte el estado anímico con el cual comenzamos el día.
Debemos tener en cuenta que los pensamientos
siempre condicionan nuestra forma de conducirnos frente a la vida y la manera
de interactuar con las personas que nos rodean. Por eso es importante purificar
la mente saturándola de pensamientos positivos y aislándola de toda idea
negativa. Esto sólo se logra si existe una verdadera conciencia de lo que
implica tener una actitud positiva frente a todos los avatares que nos presenta
la vida día a día.
Meditación: El camino hacia el autocontrol
Detenerse un momento en la vereda para
observar como se mueve la gente, es una forma de meditar. Aunque parezca
increíble, la meditación es una actividad mental que puede llevarse a cabo en
cualquier momento y lugar, y sirve para controlar las situaciones difíciles sin
llegar a perder la cabeza. La práctica de la meditación consiste en respirar
profundamente sin hacer nada, con la mente relajada dejando que las cosas se
vean como pasajeras.
Si un problema que no podemos resolver nos tiene a mal traer, lo mejor que podemos hacer es abstraernos de él y pensar por unos segundos en nuestro organismo (como se vería desde adentro). Esto contribuye a fortalecer nuestra salud física y mental y a olvidarnos del problema, al menos hasta que le encontremos una solución concreta. Una de las técnicas para lograrlo consiste en respirar de manera profunda, con la mente en distendida y los músculos completamente relajados (como si no respondieran los estímulos). Respirar adecuadamente es en cierto modo una solución definitiva para abandonar los impulsos y calmar los nervios.
Si un problema que no podemos resolver nos tiene a mal traer, lo mejor que podemos hacer es abstraernos de él y pensar por unos segundos en nuestro organismo (como se vería desde adentro). Esto contribuye a fortalecer nuestra salud física y mental y a olvidarnos del problema, al menos hasta que le encontremos una solución concreta. Una de las técnicas para lograrlo consiste en respirar de manera profunda, con la mente en distendida y los músculos completamente relajados (como si no respondieran los estímulos). Respirar adecuadamente es en cierto modo una solución definitiva para abandonar los impulsos y calmar los nervios.
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