Cuando
un músculo pierde su capacidad para relajarse a través de los mecanismos
naturales, desencadena una contractura, es decir una sensación de dolor y
rigidez muscular que en medicina se conoce como “fibromialgia”. El músculo
contracturado no recupera su forma hasta tanto se aplique alguna medida para
revertir la contractura, ya que por sí solo no tiene la capacidad de estirarse
y recuperar su forma normal.
Por
otra parte, ciertas contracturas están relacionadas con los problemas de
circulación, sobre todo en mujeres y personas sedentarias (que son propensas a
sufrir trastornos circulatorios). Los músculos de las pantorrillas estimulan
constantemente la circulación de la sangre que se dirige desde las piernas
hacia el corazón. Esta labor requiere mucho esfuerzo y un óptimo funcionamiento
circulatorio ya que la sangre debe vencer la fuerza de gravedad. Si existen trastornos
circulatorios, los músculos tienen más trabajo del normal, entonces se fatigan
y terminan por contracturarse. Para este caso en especial, existen tratamientos
que mejoran el retorno sanguíneo a través de ejercicios físicos, masajes,
drenaje linfático y sesiones de fisioterapia.
Consejos para prevenir contracturas
Hay
contracturas que no pueden evitarse, pero si se toman ciertas precauciones es
posible prevenir la mayoría de ellas, sobre todo las relacionadas con malas
posturas o excesos de actividad física. Si deseas mantenerte en buen estado,
presta mucha atención a los siguientes consejos:
Estira
todos los músculos con regularidad: Llevar a cabo ejercicios de estiramientos dos
o tres veces al día te permitirá conservar los músculos flexibles y saludables.
Lo ideal es realizar regularmente algunos movimientos de cuello, elongaciones
de brazos y estiramientos de piernas.
Entrena
de manera combinada: Además de la flexibilidad, debes desarrollar fuerza y firmeza en tus
músculos. Sin embargo, existe un método apropiado para evitar contracturas
durante un entrenamiento y consiste en alternar días de trabajo intenso con
días de trabajo muscular ligero. Los músculos necesitan dos días para
recuperarse de la actividad intensa.
Mantente
siempre activo:
Cambiar la posición del cuerpo constantemente te previene de posibles
contracturas. Nunca permanezcas más de 30 minutos en una misma postura. Si
estás sentado, levántate y da un breve paseo al mismo tiempo que estiras tus
brazos y piernas. Además, emplea todo el cuerpo en cada actividad que hagas ya
sea para recoger algo del piso, para limpiar, para alcanzar un objeto distante
o para abrir una ventana. Trata siempre de flexionar las piernas y ajusta tu
cuerpo de manera tal que coordines el movimientos de todos tus miembros.
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