martes, 24 de diciembre de 2013

Los complementos de las "comidas rápidas"




En general, el horario de trabajo afecta principalmente el almuerzo y la merienda pero no el resto de las comidas. Por eso no deben descuidarse ni el desayuno ni la cena, ya que pueden complementar perfectamente el aporte de nutrientes y calorías que el cuerpo requiere diariamente.
En principio, el desayuno nunca debe omitirse y menos transformarlo en una simple taza de café. Destinar el tiempo necesario a la primera comida del día, nos asegura sentirnos bien hasta el mediodía. Bastará realizar una provisión de energía con tres a cinco rodajas de algún pan (preferentemente integral o salvado), cereales en copos, frutas y la incorporación de proteínas con lácteos o quesos, junto con un poco de frutos secos como almendras o avellanas. Las infusiones pueden ser variadas: té, café, malta torrada, mate, infusiones y tisanas de hierbas, agua de cocción de frutas o jugos naturales de naranja y pomelo. Tan sólo debemos controlar el consumo de grasas y azúcares, generalmente presentes en los productos de pastelería y las galletas.
Por otra parte, subestimar la cena es un error. Si bien esta siempre debe ser liviana, no por eso menos nutritiva. Sopas de verduras, carnes y de vez en cuando pastas con salsa natural de tomates pueden ser excelentes platos nocturnos. Además, si el almuerzo se pasó por alto, la cena puede ser el momento de compensar la falta de nutrientes. Eso sí, nunca se debe cenar antes de acostarse, al menos se debe hacer dos a tres horas antes de hacerlo. Nada de emparedados o galletitas con té, esas opciones son poco saludables y entorpecen la calidad del sueño. 

Alimentos que pueden incluirse

Aceites vegetales: Aunque sea una cucharadita por comida, son alimentos básicos y necesarios. Las verduras no sólo deben consumirse con limón, sino también con aceite. Las grasas son indispensables para nuestro cuerpo y tanto el aceite de oliva, maíz y girasol deben incluirse, sobre todo cuando las únicas grasas que ingerimos son las de origen animal. Las mayonesas pueden servir como un reemplazo provisorio.
Fiambres magros: A diferencia de los embutidos y los enlatados (como el picadillo y las salchichas), ciertos fiambres pueden incluirse en las comidas sin ningún problema. Los más recomendables son el jamón, lomito y pastrón. Algunas veces puede ser el sustituto de las carnes, pero su consumo debe ser limitado, ya que sus conservantes, nitritos y excesos de cloruro de sodio no son muy saludables.
Tartas y empanadas: Los alimentos preparados con masas frescas como las tartas, las empanadas, los panqueques y crepes son ideales para comer cuando el tiempo apremia. Por ejemplo, una porción de tarta  acompañada de una ensalada es un plato fantástico para el almuerzo. Sin embargo, como son comidas ricas en grasas, nunca deben consumirse en exceso.

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