viernes, 27 de diciembre de 2013

Empujes isométricos: Posturas para desarrollar fuerza



Los empujes isométricos se valen de determinadas posturas para ejercitar los músculos. A diferencia de un ejercicio físico convencional, el empuje isométrico carece de movimiento y su secreto se basa en las posiciones que adopta el cuerpo. Estas posiciones son las que, además de hacer crecer los músculos, permiten el desarrollo de una gran potencia física y fuerza en reserva (que puede emplearse en cualquier momento que se necesite).
Cuando el cuerpo se acostumbra a trabajar con determinadas posiciones, en realidad se está preparando para actuar así en iguales circunstancias pero en otros contextos. Y es así que la postura que se adquiere en un empuje isométrico permite que los músculos desarrollen potencia y mucha fuerza que no son liberadas, sino que se almacenan dentro del cuerpo. Esta reserva sirve para resolver muchos problemas en donde la fuerza es la única salida; por ejemplo, abrir una puerta trabada, mover un mueble de lugar, empujar un auto, etc. 

Los empujes y su utilidad deportiva

Los empujes isométricos constituyen un estupendo entrenamiento para los deportes cuya función principal consiste en derribar al contrincante; tal es el caso del rugby y el fútbol americano, aunque también son muy buenos para el desarrollo de fuerza en el básquet y fútbol tradicional. Las posturas indicadas en los empujes isométricos también sirven para estirar determinados músculos (brazos y piernas) y pueden llevarse a cabo al final de cualquier sesión de ejercicios de fuerza o actividad aeróbica (como correr).
Toda acción de empuje pone en juego la potencia de las piernas y la resistencia de los brazos, por eso los empujes isométricos son ideales para la práctica previa de determinadas destrezas como las de sortear obstáculos, mover cosas extremadamente pesadas, tirar objetos, entre otras.
Asimismo, cualquier persona que desea incrementar su potencia física puede llevar a cabo un empuje, y es aconsejable para todos porque la fuerza en reserva es uno de los secretos de la salud perdurable. Sin la necesidad de hacer un deporte, los empujes isométricos contribuyen para que el cuerpo conserve esa energía interior siempre latente y lista para usar.
 

Empuje forzoso: Todo un entrenamiento

El “empuje forzoso” constituye la base de los empujes isométricos. Consiste en cinco posturas clásicas a través de las cuales se debe aplicar una fuerza concentrada principalmente en brazos y piernas, conservando siempre la espalda erguida (sin arquear) y las palmas abiertas. La fuerza de empuje se ejerce hacia la pared, como si tratáramos de derribarla, no más de 30 segundos por postura. Con el tiempo se puede incrementar el tiempo y probar nuevas variantes. Para obtener un beneficio equitativo, debes alternar la posición de las piernas y mantener siempre la mirada hacia delante. Después de dos meses de practicar los empujes isométricos todos los días, los resultados te sorprenderán: mayor potencia corporal y músculos más grandes y resistentes. Recuerda además que es fundamental complementarlos con alguna actividad aeróbica (como andar en bicicleta, caminar o nadar).

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