De ahí
que determinadas terapias faciales estén indicadas para liberar el estrés y las
tensiones diarias. No debes olvidar que la cara, junto con las manos, son las
únicas partes del cuerpo que están permanentemente en contacto con el aire y
casi nunca se cubren. Por eso, lo primero que debes hacer para encarar una
limpieza de cutis profunda y efectiva consiste en elegir los productos
adecuados para cada tipo de piel. Por ejemplo, si tienes una piel sensible o
alérgica, deberás optar por productos especiales, sin perfume e
hipoalergénicos.
Un producto para cada tipo de piel
• Piel seca: lo ideal son las cremas
de limpieza. Los productos elaborados con hierbas, totalmente libres de
alcohol, son los más recomendados para pieles secas.
• Piel normal o grasa: productos como la leche o emulsión de limpieza son los mejores para este tipo de
piel. Los cosméticos astringentes son muy buenos para las pieles grasas.
• Piel muy grasa con impurezas y acné: nada mejor que utilizar un buen jabón de
limpieza.
Como
regla general, sea cual fuere el producto que escojas, debes retirarlo siempre
con un papel tisú o una toallita y nunca con algodón porque no arrastra bien la
suciedad. Retirar el producto de limpieza es fundamental; las cremas y leches
de limpieza tienen bases minerales que arrastran en superficie y no penetran,
de lo contrario enviarían al interior de la piel la suciedad que deseas
eliminar. Pero al dejar rastros de ellas evitas la penetración del producto y
no llevas a cabo una higiene completa y profunda.
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