sábado, 28 de diciembre de 2013

Hábitos de vida que atentan contra la salud



Si bien el envejecimiento es un proceso inevitable de la vida, eso no implica dejarse estar o hacer cosas para que el deterioro de la salud se presente de una manera más rápida y definitiva. Por eso no sólo ciertas prácticas cotidianas producen mayores arrugas, sino que además son sumamente nocivas para la salud, independientemente de la edad en que se lleven a cabo. Para tomar conciencia de lo que ciertos hábitos pueden producir en nuestro cuerpo, es preciso analizarlos uno por uno:

Vivir preocupado y con estrés: La tensión mental que provoca la vida urbana actual exacerba nuestro nerviosismo, lo que generalmente desemboca en estado patológico de estrés. El adicto al trabajo y a las responsabilidades profesionales debe convencerse de lo negativo que es el estrés laboral, ya que tarde o temprano pagará el precio de su excesiva responsabilidad con síntomas de malestar físico y depresión. En estos casos el ser humano tiende a liberar de manera exagerada en el cuerpo los temibles radicales libres, sustancias responsables del envejecimiento prematuro.

Comer sin control: La obesidad es el trastorno metabólico más común en la sociedad occidental y afecta casi al 50 por ciento de la población adulta. Puede alcanzarse por tres vías diferentes: comida excesiva, poca actividad física o ambas cosas a la vez, lo cual es la causa más frecuente y difícil de tratar. Comer sin control y en exceso, en especial alimentos grasos, provoca un incremento del colesterol, cuya acción corrosiva sobre las paredes arteriales acorta la expectativa de vida.

Dormir poco y mal: Como consecuencia de los problemas económicos o afectivos, es muy común que muchas personas tengan dificultades para dormir de manera placentera y suficiente. Si no se concilia el sueño en forma profunda, el cuerpo no tiene oportunidad de recuperarse y puede desencadenar en problemas de insomnio que repercuten en la salud general del cuerpo. Cuando esto sucede, es necesario recurrir al médico para seguir algún tipo de tratamiento (sin medicamentos) que induzca a dormir lo necesario.

Fumar: El tabaco es un factor determinante en la emergencia de la enfermedad coronaria, que se relaciona a su vez con el envejecimiento prematuro. Asimismo, una pitada de tabaco libera miles de millones de radicales libres, que estarían íntimamente involucrados con el envejecimiento humano. Se ha demostrado que un hombre de 30 a 35 años que fuma hasta 40 cigarrillos por día tiene posibilidades de vivir mucho menos que aquel que no fuma.

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