En la
actualidad, muchos médicos y terapeutas consideran que las tensiones
emocionales prolongadas desempeñan un papel importante en el origen de
trastornos tales como presión sanguínea alta, úlcera péptica, jaqueca, y
dolores articulares y musculares. Para evitarlas y liberarse del estrés, se han
propuesto alternativas saludables como el ejercicio físico regular y moderado.
A través de determinados movimientos se puede tratar de disminuir esos
sentimientos negativos que alteran todo el organismo. Y así como el ejercicio
ha resultado inmensamente terapéutico para mucha gente, estudios llevados a
cabo indican que los programas personalizados y controlados de entrenamiento de
la flexibilidad (stretching) pueden ser igualmente beneficiosos.
Relajarse para vivir mejor
Una de
las ventajas más importantes de un programa de flexibilidad o stretching es el
estímulo de la relajación. Desde el punto de vista fisiológico, la relajación
puede considerarse como el cese de tensión muscular. En el organismo humano,
altos niveles de tensión muscular se manifiestan de forma negativa: disminuye
la percepción sensorial y aumenta la presión sanguínea. También se malgasta
energía, ya que un músculo contraído requiere más energía que un músculo
relajado.
Además,
en los músculos tensos se reduce el suministro de sangre, es decir, falta
oxígeno y sustancias nutritivas esenciales. Este proceso genera la formación de
residuos tóxicos que se acumulan en las células, predisponiendo el cuerpo a la
fatiga y el dolor muscular. Por el contrario, un músculo relajado es menos
susceptible a éstas y muchas otras dolencias.
A nivel de flexibilidad, cuando un músculo
permanece parcialmente contraído, se desarrolla un estado anormal de
contracción prolongada denominado “contractura”. La contractura y la tensión muscular crónica no sólo acortan el
músculo, sino que también lo hacen menos elástico, fuerte y capaz de absorber
el impacto y el estrés de diversos tipos de movimiento. Finalmente, este tipo
de trastorno requiere de la intervención de un médico, quien prescribe en general
algún analgésico y antiinflamatorio. La mayoría de los remedios apropiados para
semejante desarreglo tienen como objetivo facilitar la relajación muscular,
practicándose a continuación algún tipo de estiramiento. Sin embargo, a largo
plazo los ejercicios de estiramiento son más efectivos que la medicación, y sus
efectos se extienden más allá de la disolución de la contractura muscular. Aún
más, los mismos ejercicios sirven para prevenir futuras tensiones musculares y
conservan al cuerpo en un óptimo estado de salud.
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