Llevar
a cabo una actividad física regularmente es tan necesario como alimentarnos o
descansar, pues sin ella nuestro cuerpo no tiene la oportunidad de hacerle
frente al inevitable paso de los años. Envejecer es parte de la naturaleza
humana y de todos los seres vivos que habitan la Tierra, sin embargo conservar
la salud y aumentar el bienestar es algo que cada uno de nosotros puede
controlar, independientemente de la edad. Para ello, es imprescindible
mantenerse activo toda la vida, incorporando el hábito del ejercicio desde que
comenzamos a tener conciencia de las consecuencias negativas que produce la
inactividad. Poseer un óptimo estado de salud y buena forma física es un hecho
que no tiene precio, pero que todos podemos alcanzar con tan sólo un poco de
voluntad. Así, la idea de recuperar la juventud perdida deja de ser un sueño
para convertirse en una realidad posible.
Actividad física: La mejor opción para no deprimirse
La
actividad física regular permite conservar la energía y el vigor necesario para
enfrentar los avatares del día a día. Además, estimula la creatividad mental y
nos predispone anímicamente para aceptarnos tal cual somos. El hecho de cumplir
años muchas veces trae angustia y depresión porque consideramos que avanzamos
lentamente hacia la madurez, y que a partir de ahí comenzaremos el inevitable
camino hacia la vejez. Con el paso del tiempo llegamos a pensar que lo mejor de
la vida, lo más divertido, ha quedado en el pasado. Sobre todo hacemos alusión
a lo que podíamos hacer antes, cuando aún conservábamos nuestro cuerpo y
nuestra energía vital intactas. Pero en realidad, perder eso que anhelamos
puede evitarse si adoptamos un estilo de vida activo, que nos permita conservar
aquellos aspectos que nunca envejecen: el espíritu y las ganas de hacer cosas.
Cumplir
años no es un motivo válido para deprimirse, sino para recobrar el interés por
nuestro cuidado estético, físico, intelectual y espiritual. Llegada cierta
etapa de nuestras vidas es necesario tratar de organizarnos y establecer
prioridades sobre aquellas cosas que nos hagan sentir bien de verdad. La imagen
de juventud, la energía, su vitalidad, la agilidad mental y la fuerza interior
son las características que más se cotizan en la búsqueda del bienestar. En
cambio, el parecer mayor, estresado o con problemas físicos no tiene ningún
valor. La actividad física debe ser divertida, llenar de energía e introducir
cambios positivos en nuestras vidas. La adicción al trabajo nos hace perder de
vista lo maravilloso que es recrearse, vivir plenamente y estar conformes con
nosotros mismos, no como profesionales, sino como personas saludables y
felices.
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