La
tensión puede manifestarse como reacción al dolor o lesión en una parte del
cuerpo. Si ciertos grupos de fibras musculares están muy tensos, pueden
percibirse filamentos duros y rígidos debajo de la piel, los cuales son
frecuentes en el extremo de los músculos de los hombros. A veces aparecen
protuberancias sensibles (nódulos fibrosíticos) en músculos de la espalda, el
cuello o los hombros.
En
definitiva, la tensión obstaculiza la circulación sanguínea local, impidiendo
la curación de la lesión. También libera sustancias químicas llamadas
citoquinas y prostaglandinas, responsables del dolor. Si la tensión muscular es
reacción a un nervio comprimido (como en ciertos dolores de espalda), la
tensión extra comprime el nervio e incrementa el dolor.
Factores que producen dolor y rigidez muscular
• Estrés,
ansiedad o depresión
• Exposición
al aire frío, como en una corriente
• Falta
de nutrientes, sobre todo minerales
• Intolerancia
alimentaria
• Calambres
• Síndrome
de fatiga crónica
• Cefaleas
tensionales
• Lesión
por esfuerzo repetido
• Postura
incorrecta
Del dolor a la enfermedad
La
fibromialgia es una enfermedad que consiste en dolores musculares
generalizados, rigidez matutina y sensibilidad en puntos donde el músculo se
une a un hueso. Se cree que cada músculo esquelético tiene un punto inductor, y
ese tipo de sensibilidad puede derivarse de algún daño sobre ese músculo o el
tejido conectivo protector. Para un diagnóstico certero de fibromialgia, por lo
menos 11 de 18 puntos deben ser sensibles.
Las
personas que padecen fibromialgia habitualmente padecen de estados de insomnio
y su sueño es muy liviano, son propensas a deprimirse, sufrir cefalea, dolor
menstrual, molestias en las piernas y el síndrome de Raynaud. Al parecer, los
síntomas de fibromialgia y de fatiga crónica tienen muchos aspectos en común,
pero las causas de la fibromialgia aún no están del todo claras.
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