De
acuerdo al país, el té se bebe de diferentes maneras: en Marruecos se prepara
un té con leche muy azucarado, al que se añaden con mucha frecuencia hojas de menta;
mientras que en Rusia el té se sirve muy cargado, a veces con limón pero nunca
con leche. El té indio masala se prepara en una infusión de especias como
canela, cardamomo y otras y se le añade muy a menudo leche y mucho azúcar.
Variedades de té: Para conocer y degustar
El té
se ha convertido en una bebida universal; sin embargo, la terminología con la
que se lo describe continúa siendo un misterio para la gran mayoría de
consumidores. Es cierto que la mayor parte de nosotros distinguimos un té negro,
la variedad que más se bebe en Occidente, y uno verde, el más bebido en
Oriente. Pero el resto de términos es casi incomprensible fuera de este
comercio. Por ejemplo, el término Orange Pekoe, que aparece en las etiquetas de
muchos té negros, indica simplemente el tamaño de la hoja y no tiene ninguna
relación con el sabor del té.
Por
otro lado, un bebedor asiduo de té ajusta su paladar al sabor y el aroma del
preparado, llegando a distinguir diferentes calidades de una misma variedad.
También el origen de la plantación determina las diferencias entre un té y
otro, al igual que las propiedades de la planta donde se obtiene. El nombre de
muchas variedades procede de la región donde se cultiva el té.
Distintos sabores de una misma bebida
Todos
los té proceden de las diferentes variedades del arbusto perenne Camellia
sinensis. Pero generalmente, los mejores sabores se encuentran en los té de
altitud cultivados en terrazas en las laderas de las montañas. Son más escasos
y difíciles de recolectar, por lo que cuestan más que las variedades cultivadas
en los llanos.
Una vez
realizada la cosecha, lo que se hace con la hoja durante su procesado tiene una
relación muy importante con la calidad del té final que se degusta en la taza.
El procesado del té no sólo cambia
la hoja
para obtener de ésta sus cualidades inherentes, sino que asegura que al
finalizar el proceso la hoja no se estropeará. Esto aparece confirmado en una
de las tres clasificaciones en las que se agrupan todos los té: té negro,
fermentado y con la concentración más elevada de aceites esenciales; té verde,
que se fermenta y mantiene el parecido más cercano con la hoja natural, y
oolong, un té semifermentado.
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