Ejercicio 1: Identifica los sentimientos; sean tus
propios sentimientos, o los sentimientos ajenos. Existen bastantes adjetivos
más allá de "buenos" o "malos". Cada uno de nosotros
experimenta una amplia gama de sentimientos, y lo que es
verdaderamente importante es poder distinguir los positivos de los negativos,
para poder expresarlos con propiedad, en la forma y en el lugar adecuado. Esto
debe ser materia de importancia para todos, ya que los sentimientos reprimidos (ira, rencor, cólera, rabia,
enfado, envidia, miedo, celos, despecho, agravio, decepción, fracaso, conflicto
interior, agresión, vacío y resentimiento, entre otros) traen resultados muy dañinos para la salud
mental (depresión). Si no expresas lo que sientes en el momento en qué debes
hacerlo, de seguro, terminarás por desquitarte con otra persona completamente
ajena a la situación que te generó el sentimiento reprimido.
Ejercicio 2: Descubre siempre la verdadera razón de tu
disgusto o tu mal humor, y a partir de ello, expresa tus sentimientos de manera
serena y coherente; y de ser necesario, discute y ventila la situación con una
persona equilibrada, objetiva y de tu total confianza. Practícalo, y verás como
de inmediato comienzas a pensar con más claridad, a controlar tus sentimientos
adecuadamente, y también a comprender mejor los sentimientos de las personas
que te rodean.
Ejercicio 3: Sé concreto cada vez que quieras
encontrar una solución positiva a cada problema que afecte tus sentimientos. Es
muy frecuente dar vueltas y vueltas a un problema, sin avanzar ni un milímetro
en la búsqueda de soluciones. Esto sucede porque nos cuesta aceptar el
desafío de superar las barreras que nos impone la vida a cada
momento.
Ejercicio 4: Canaliza ese mundo de tensiones en el
cual te has dejado atrapar, y dirige toda tu energía y potencialidad hacia
metas provechosas, dignas y concretas. Nada mejor que intentar nuevas
actividades recreativas para fomentar la creatividad mental y romper con la
rutina diaria. También practicar una actividad física es ideal para incrementar
la sensación de plenitud y placer mental. Al cabo de un tiempo, cuando te
familiarices con esta nueva actitud, más positiva y desenfadada, te
sorprenderás del control que puedes ejercer sobre el manejo de tu propia vida.
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