Hoy
existen numerosos medios de difusión que proponen un enorme abanico de dietas
que, de ser adoptadas por las personas, pueden poner en riesgo la salud del
organismo favoreciendo la aparición de enfermedades como la anorexia y la
bulimia. Por eso es preciso comprender que en nutrición no hay una fórmula
universal, pero sí normas generales para optimizar los resultados en la
aplicación de una dieta: “la dieta debe ser integral y contemplar todos los
nutrientes esenciales para la vida”.
Dieta variada: El secreto del peso ideal
Todas
las sustancias presentes en los alimentos son importantes en los procesos
vitales, solo deben ser administrados en las cantidades y formas que favorezcan
la salud. Por ejemplo, las grasas que son nocivas en exceso en su forma
saturada (grasa vacuna), pueden y deben ser parte de la dieta en su forma no
saturada (pescados y aceites vegetales). Suprimiéndola totalmente también
privamos al organismo de vitaminas lipidosolubles que se encuentran asociadas a
grasas, como el caso de la A, D, E y K.
Las
dietas que se basan en un solo alimento carecen de la mayoría de los
nutrientes esenciales, y sólo pueden aplicarse por cortos períodos de tiempo y
en casos muy específicos. Pues no existe alimento alguno que posea en sí todos
los requerimientos nutricionales de un individuo. Por ejemplo, suprimiendo los
hidratos de carbono (principio sobre el que se basan algunas dietas) o haciendo
hincapié en el consumo de carnes (dietas proteicas), se produce un peligroso
desequilibrio nutritivo que suele recargar el trabajo del hígado y los riñones,
ocasionando con el tiempo daños irreversibles.
En
todos los casos, la alimentación debe ser aceptada, agradable y satisfactoria
para el que la consume. No debemos olvidar que seguir una dieta supone un
cambio de hábito alimentario, que puede llegar a modificar nuestro propio
estilo de vida. Por ello, en lo posible, las dietas deben incluir alimentos de
uso habitual en el lugar de residencia de cada uno, aunque no los consumamos de
manera habitual. Se debe considerar que un tratamiento dietario siempre es a
“largo plazo” y sus resultados se obtienen en períodos de tiempo prolongados.
La obesidad no es una enfermedad de solución inmediata, debe tratarse y
vigilarse constantemente y el objetivo de todo tratamiento incluye
necesariamente la modificación de hábitos nutricionales.
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