lunes, 17 de marzo de 2014

Aprende a prevenir las lesiones físicas más frecuentes



Caminar, correr, permanecer sentados o subir escaleras, son actividades cotidianas que exponen nuestro cuerpo a potenciales lesiones físicas, tanto óseas como articulares o musculares. Pues los esguinces, torceduras, desgarros, contracturas o fracturas son trastornos que pueden darse también fuera del ámbito deportivo. Un “mal movimiento” o un leve dolor puede originar una lesión que requiera la inmediata atención por parte de un médico. Además, muchos problemas de columna comienzan con un simple malestar, producto de una mala postura o un trabajo forzoso. Descuidar los signos de alerta es una manera de atentar contra la integridad de nuestro propio cuerpo; por eso, como medida preventiva es sumamente importante conocer en detalle cómo pueden producirse las lesiones físicas más frecuentes.
A la hora de levantar un objeto pesado es fundamental prestar atención a la postura que adquiere el cuerpo. Por ejemplo, trasladar una caja con libros, levantar bolsas o alzar un niño, son acciones que, si no se realizan de manera adecuada, pueden irritar el nervio ciático al comprimir la zona lumbar. Este nervio nace en la cintura, pasa por las nalgas, cadera y piernas y llega hasta el pie.  Al realizar un “mal esfuerzo” el tejido que hay entre las vértebras (el disco) se desplaza y aprieta al nervio, irritándolo y dando lugar a la denominada “hernia de disco”. Para levantar correctamente un peso, siempre deben flexionarse las rodillas y bajo ningún aspecto arquearse la columna vertebral. 

Cama y sillón para conservar una columna saludable

Una de las causas más habituales del dolor cervical, dorsal o lumbar es la utilización de un colchón blando, ya que se deforma y hace que el cuerpo se hunda por su peso. De esta forma, al permanecer en una postura forzada (encorvado) durante largas horas de sueño, pueden aparecer molestias articulares o contracturas en diferentes zonas de la espalda y el cuello. Para evitar este malestar, nada mejor que elegir un colchón duro y firme, que no se hunda con el peso del cuerpo. Respecto a la altura de la almohada, debe ser igual a la distancia que hay entre el hombro y la oreja. Hábitos como leer o mirar televisión en la cama no son recomendados para una adecuada postura corporal, por lo que deberían dejarse de lado.
Por otra parte, es necesario prestar especial atención a los sillones que se utilizan con frecuencia, puesto que pueden originar más de un dolor innecesario. Existe una forma de sentarse correctamente, conservando la postura natural del cuerpo: colocar siempre la cola hacia atrás, pegando la espalda al respaldo del sillón, de manera que la zona lumbar tenga el apoyo adecuado. El acto de desparramarse en el sillón no hace más que favorecer la aparición de molestias en el cuello o la columna.

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