viernes, 21 de marzo de 2014

Expresa lo que sientes y vive sin culpas



Para disfrutar de la vida en plenitud es necesario alcanzar una óptima salud mental, además de intentar conservar un equilibrio emocional sano y coherente. La medicina actual y la psicología ponen a nuestro alcance tratamientos que pueden prevenir, mejorar y curar cualquier tipo de enfermedad relacionada con nuestra mente, sin embargo ciertas creencias sociales y culturales alejan cada vez a las personas de los psicólogos y psiquiatras. Es preciso entender que las patologías o enfermedades mentales, muchas veces  involucran malos funcionamientos biológicos que necesitan una urgente atención profesional. 
Un individuo que manifiesta alguna dolencia que compromete su salud mental, necesita ayuda no sólo para combatir la enfermedad, sino también para hacerle frente a los problemas cotidianos. Muchos psiquiatras consideran que los elementos fundamentales de una buena salud mental son la autoestima y la capacidad de sentir compasión por otras personas. Asimismo, se ha demostrado que grado de optimismo, seguridad y ánimo, se encuentran totalmente vinculados  con nuestra autoestima, lo que a su vez refleja el nivel de vigor y plenitud (tanto física como mental) de cada uno de nosotros.
Por el contrario, los malos pensamientos y los sentimientos reprimidos no hacen más que alterar nuestras emociones y terminan siempre afectando nuestra salud mental. Para ello, existen medidas que ayudan a prevenir potenciales enfermedades mentales (depresión, ansiedad, etc.); como por ejemplo, la “purificación mental”. 

Conservar lo bueno y desechar lo malo

La “purificación mental” es una técnica muy sencilla que consiste en llevar a cabo ejercicios mentales para promover el optimismo y los pensamientos positivos desechando los sentimientos negativos y las actitudes pesimistas. Además, al purificar la mente se crea un campo favorable para reforzar la imagen que cada uno tiene de sí mismo, elevando la autoestima y potenciando los aspectos más productivos de nuestra propia personalidad. La autoestima es fundamental para que todo ser humano desarrolle al máximo sus capacidades y pueda alcanzar el máximo grado de plenitud física y mental.
En general, las personas con una baja autoestima actúan en sus vidas como inútiles, dependientes, fracasadas y con un miedo exacerbado; estos factores, conducen muchas veces a desconectarse de la realidad, y en otros casos, a presentar síntomas depresivos importantes, lo que genera serios problemas personales, familiares y sociales.
Para cultivar una autoestima a “prueba de todo” es necesario fomentar una personalidad firme y convincente, libre de todo tipo de contaminación mental. Esto es, defender las ideas propias y hacerse cargo de las consecuencias en caso de enfrentamientos con otras personas. Defender una postura y fomentar una visión optimista de los problemas es fundamental para ganar confianza en un mismo y conservar una salud mental fuerte y pura.

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