Por
otra parte, una decisión como ésta no sólo trae beneficios para la silueta y la
salud, sino además refuerza nuestro autoestima y la confianza en nosotros
mismos; es decir, produce el estímulo mental necesario para alcanzar la
plenitud total. Parece increíble que primero necesitemos motivarnos mentalmente
para trabajar el cuerpo, y luego obtener un nuevo estímulo que nos permita
sentirnos bien de verdad.
Más ejercicio para un mayor autoestima
Las
actividades físicas no sólo permiten perder algunos kilos de más y modelar el
cuerpo, sino que también contribuyen en otros aspectos tan importantes como la
autoestima y la propia valoración como ser humano. El concepto que tenemos de
nosotros mismos se ve positivamente modificado cuando se comienza a practicar
algún deporte con constancia y dedicación, ya que la imagen exterior comienza a
verse diferente. Muchas veces enfrentamos el espejo y pensamos que la imagen
reflejada en él no es el reflejo de lo que realmente somos en nuestro interior.
Por eso debemos cambiar esa imagen externa por otra más sólida y esbelta, que
nos denote seguridad y confianza en nosotros mismos.
Cuando
no estamos en forma estamos incómodos con nuestro cuerpo, el mismo nos está
representando mal y poniendo de manifiesto que faltan fuerzas para atreverse al
cambio y que existe una evidente falta de control interno. En este marco,
animarse a dedicar un poco de tiempo, no sólo a nuestro cuerpo sino también a
nuestra salud, y mantener la constancia hasta comenzar a ver los resultados,
ayudará a ver que nuestro cuerpo no es un obstáculo y que puede servir como
manifestación de la fuerza y de la voluntad internas, convirtiéndose en un
auténtico reflejo de vitalidad y empeño. Todos estos aspectos positivos
contribuyen a elevar notablemente la autoestima y nos ayudan a valorar nuestras
capacidades físicas y mentales.
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