La
falta de actividad física promueve y potencia los efectos propios del
envejecimiento corporal, identificados en un proceso de declinación fisiológica
que puede evitarse:
• La
capacidad aeróbica o eficiencia cardiovascular se reduce a partir de los 25
años. La velocidad de este proceso depende principalmente del nivel de
actividad y no del paso de los años.
• La
flexibilidad del cuerpo disminuye después de los 20 años. La disminución se
agrava si se adopta un estilo de vida totalmente sedentario.
• La
fuerza muscular comienza a descender a partir de los 35 años. La pérdida de
masa muscular se acrecienta con la inactividad y las dietas estrictas para
bajar de peso.
• A
partir de los 40 años, la estructura ósea se debilita y la piel pierde
elasticidad. Las articulaciones se resienten y los dolores musculares por falta
de actividad se potencian notablemente.
La clave para no envejecer más de
la cuenta
Existen
cinco elementos que deben considerarse para un adecuado acondicionamiento
físico, y que además inciden en el óptimo funcionamiento del organismo y en la
preservación de la salud general:
la
resistencia cardiovascular o capacidad aeróbica; la fuerza y resistencia
musculares; la flexibilidad;
la
composición corporal, y el equilibrio y coordinación. Promover un entrenamiento
físico que involucre cada uno de estos elementos es vital para hacer frente a
los efectos nocivos que produce la inactividad con el paso del tiempo. Así, una
persona de 55 años puede estar mejor acondicionada físicamente que una persona
sedentaria de 25 o 30.
En este
sentido, las actividades aeróbicas son particularmente beneficiosas para el
sistema cardiovascular (corazón y pulmones) y ayudan, entre otras cosas, a
mantener un peso corporal adecuado, regularizar la presión sanguínea e
incrementar la resistencia corporal total. Este tipo de actividades requieren
tan sólo de un moderado aumento en el consumo de oxígeno y por eso pueden ser
practicadas durante un tiempo prolongado. Además pueden practicarse a cualquier
edad y son ideales para iniciarse en una vida más activa y saludable. Los
ejercicios aeróbicos más populares son: caminar, trotar, correr, esquiar, andar
en bicicleta, pasear por la montaña, nadar, bailar y remar, entre otros.
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