Sin
embargo, antes de modificar de plano una situación laboral, es preciso
determinar con claridad cuál puede ser el origen del problema. Entre los
principales factores, se encuentran:
• Problemas
propios del trabajo: situación laboral, lugar de trabajo, responsabilidades del
trabajo.
• Problemas
vinculados con la experiencia laboral: asensos, remuneraciones, despidos,
competencia con compañeros de trabajo.
• Problemas
organizativos: comunicación dentro del trabajo, tanto con superiores, iguales o
subordinados.
• Problemas
sociales dentro del trabajo: discriminación, diferencias de sexo o edad,
relaciones tensas con compañeros o superiores, poca valoración del trabajo.
El trabajo: Productor inevitable de estrés
Combatir
el estrés puede resultar algo complicado si el origen del problema depende
exclusivamente de factores que escapan del propio control de una determinada
situación desencadenante de estrés, como por ejemplo, la organización laboral.
En este sentido, quizá debas aceptar que como individuo puedes hacer poco; sin
embargo, si logras darle un enfoque global al problema, tal vez consigas
sortear un inminente estrés con éxito.
Si
crees que los problemas surgen de la organización más que de ti mismo, podrías
reunirte con tus compañeros de trabajo para hablar de la situación con el jefe,
buscar la ayuda de una organización profesional o buscar asesoramiento legal.
Por otra parte, está demostrado que algunos trabajos o profesiones son más
estresantes que otros, así que los problemas se relacionan más con la
naturaleza del trabajo que con la organización de la empresa. En términos
generales, los trabajos que normalmente se consideran más estresantes son:
médico, policía, profesor, asistente social, actor y publicista. Estos trabajos
son desempeñados en su mayoría por personas con una personalidad competitiva y
con espíritu de líder.
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