En
principio, el calentamiento puede definirse como un conjunto de ejercicios realizados
inmediatamente antes de una actividad física. El propósito de estos ejercicios
es proporcionar al cuerpo un período de ajuste del descanso o inactividad al
ejercicio o movimiento físico controlado. El calentamiento está concebido para
mejorar el rendimiento y reducir la posibilidad de lesión por medio de la
movilización de la persona que lo practica, tanto a nivel físico como mental.
Dos formas de calentar el cuerpo
El
calentamiento corporal puede dividirse en dos tipos: formal y general. El tipo
formal incluye movimientos que simulan o imitan la ejecución de una actividad,
o que son empleados en la misma. Por ejemplo, un jugador de fútbol arrojará una
pelota con su pie o tratará de mover sus piernas acompañando la pelota. Por el
contrario, el tipo general de calentamiento puede consistir en movimientos
variados no necesariamente vinculados con los utilizados en una determinada
actividad deportiva. Estos movimientos pueden incluir movimientos suaves de
brazos y piernas, caminata, o un paseo en una bicicleta estática. En este
sentido, la naturaleza del calentamiento dependerá exclusivamente de las
necesidades de la persona, pero en general debe ser lo bastante intenso como
para aumentar la temperatura del cuerpo y generar algo de sudor, pero sin llegar
a producir fatiga.
Luego
de los movimientos tanto formales como generales, si no se inicia de inmediato
la actividad o el entrenamiento, los efectos del calentamiento pueden llegar a
desaparecer. El tiempo necesario para ello dependerá de aspectos como el grado
de intensidad o la especificidad del calentamiento.
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