Muchas
disciplinas tradicionales, como el Yoga y la Meditación, proponen los
ejercicios respiratorios para influir positivamente en el estado mental,
revelando de alguna manera, la estrecha relación que existe entre la
respiración y la salud general. Se ha podido comprobar, por ejemplo, que las
personas que sufren de ansiedad respiran de forma rápida y superficial y hablan
con los pulmones llenos, mientras que las personas que padecen algún estado
depresivo respiran más profundamente y tienden a hablar después de cada
espiración. Tal es así, que para influir en los procesos involuntarios del
cuerpo (los regulados por el sistema nervioso autónomo o vegetativo) no hay
nada más poderoso que la respiración, pues ella misma es parte de esos
procesos, si bien responde fácilmente a la voluntad.
Respirar para mejorar la salud
Algunos
practicantes de Yoga y discípulos avanzados de Meditación llegan a ejercer un
total control sobre su pulso cardíaco y su presión arterial. Aunque este nivel
de conocimiento y dominio no es fácil de adquirir, con la práctica constante y
regular se consiguen resultados sorprendentes. Lo primero que debe hacer
cualquier persona que desea mejorar su estado de salud general, es modificar su
respiración y, a través de ella, otras funciones orgánicas relacionadas con el
nivel de relajación y de tensión general.
En la
respiración profunda, la finalidad de la inhalación es llenar los pulmones con
un suministro constante de aire fresco para que la sangre extraiga el vital
oxígeno y lo conduzca a todos los tejidos y órganos del cuerpo. Por su parte,
la exhalación, además de vaciar de aire los pulmones para completar el ciclo
respiratorio, elimina el dióxido de carbono, un producto de desecho del organismo.
Está demostrado que durante el transcurso del día y según el grado de actividad
de la persona, el ritmo respiratorio cambia en forma involuntaria para
ajustarse a las variaciones en la demanda de oxígeno y en las necesidades de
expulsión de dióxido de carbono. Estos cambios, que corresponden al grado de
relajación o de tensión, están condicionados por dos tipos principales de
respiración: la torácica y la abdominal.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario