jueves, 6 de febrero de 2014

Los beneficios del pan para la salud



El consumo de pan ha dejado de ser una mera costumbre alimenticia para transformarse en un verdadero aliado de la salud. A lo largo de la historia, el pan ha sido el alimento privilegiado para combatir las grandes hambrunas, sin embargo, los nutricionistas has descubierto que las propiedades de este alimento trascienden los límites de la nutrición. Tal es así, que el salvado presente en el pan negro e integral aumenta el volumen de las deposiciones, acelera su paso por el colon y contribuye a desechar sustancias potencialmente cancerígenas antes de que puedan despertar un cáncer de colon. Por su parte, el pan blanco también aporta fibra, pero en un cantidad mucho menos que la variante integral.
Además todos los tipos de pan proporcionan una gran cantidad de almidón al organismo. Una parte de este almidón permanece sin digerir y es utilizado en el colon por las bacterias, que lo procesan para producir ácidos grasos de cadena corta. Éstos se transforman en fuente de energía pare el cuerpo, y su presencia promueve una sólida defensa para enfrentar las sustancias cancerígenas.
Por otro lado, el organismo absorbe de una manera óptima el calcio que aporta el pan blanco, debido a que los fitatos que bloquean el calcio han sido eliminados en el proceso de refinamiento de la harina de trigo blanca. Asimismo, el pan blanco es una buena fuente de calcio para las personas que consumen pocos productos lácteos, lo que compensa de alguna manera una posible carencia de este mineral. El calcio es fundamental en la etapa de crecimiento del ser humano (niñez y adolescencia) para prevenir futuros trastornos relacionados con la densidad de los huesos, como es el caso de osteoporosis. 

Nutrientes para prevenir enfermedades

La incorporación de hierro en el pan blanco lo convierte en una excelente fuente de este mineral esencial para el organismo. Su consumo favorece a las personas vegetarianas, que por las características de su dieta, se ven limitadas a obtener el hierro de otras fuentes, sobre todo las de origen animal (carne e hígado). La carencia de fitatos del pan blanco favorece la absorción del hierro por parte del organismo a través de la pared instetsinal y hacia el torrente circulatorio, donde se utiliza para producir hemoglobina. De esta manera, con un adecuado consumo de hierro, se puede prevenir la anemia.
Por su parte, los panes integrales y los enriquecidos con ácido fólico promueven al consumo diario de una importante cantidad de vitamina B. El ácido fólico es un oligoelemento que estimula la fusión completa de la médula espinal en el feto durante las primeras semanas de gestación. Además, el ácido fólico reduce los altos niveles de homocisteína, una sustancia peligrosa que interviene en el desarrollo de las enfermedades cardíacas como el aumento del colesterol en sangre y la hipertensión arterial.

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