A los fines prácticos, se han establecido
diferencias entre alimentos “buenos” y alimentos “malos”, distinguidos unos de otros de
acuerdo a sus efectos en la salud del organismo. De esta forma es mucho más
fácil comenzar una nueva dieta, ya que en principio sólo deberías eliminar a
los alimentos “malos”. También las técnicas de cocción determinan la calidad de
un alimento; así, a diferencia de hervir o fritar, cocer al vapor, cocinar al
grill u hornear, se presentan como las formas más sanas para preparar un
alimento. Además,
la mayoría de los alimentos sanos no requieren mucho tiempo de cocción y se
pueden combinar en platos nutritivos y sabrosos.
Alimentos “buenos”:
Saludables en todo sentido
Toda dieta sana debe incluir al menos una
serie de alimentos pertenecientes a tres grupos básicos. En primer término,
debes procurar un elevado consumo de frutas y verduras frescas, tanto como
ingrediente de un plato principal o como parte única de un tentempié (por
ejemplo, puedes consumir una manzana entre el desayuno y el almuerzo). Segundo,
tu dieta debe incluir una significativa cantidad de carbohidratos complejos (almidón)
distribuidos entre las pastas, arroz integral, pan integral, avena, patatas y
toda clase de cereales. En este sentido, la combinación de este grupo con el
primero constituye la base de una comida sana; tal es el caso de un plato de
arroz integral con verduras cocidas al vapor. Y, tercero, consume proteínas de
buena calidad, como carne blanca sin grasa, pescado, frutos secos, legumbres y
derivados de la soja.
Por otra parte, no debes eliminar por
completo el consumo de grasa, ya que es necesaria para determinadas funciones
esenciales del organismo. El secreto para evitar sobrepeso y problemas
cardíacos está en consumir poca cantidad sin descuidar la calidad. Así, puedes
inclinarte por los aceites vegetales (como oliva, maíz o girasol), algunos
frutos secos y pescado azul (ricos en aceites grasos altamente saludables).
Además, puedes emplear condimentos naturales (hierbas frescas o secas, limón,
vinagre y aceite) para resaltar el sabor de tus comidas. Y por último, debes
beber abundante agua mineral fuera de las comidas (de ocho a diez vasos por
día).
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