martes, 18 de febrero de 2014

Los mejores consejos para evitar discusiones



Las discusiones y discrepancias suceden casi de manera natural y en diferentes ámbitos, como el laboral, familiar o social. A veces es saludable intercambiar opiniones o puntos de vista, pero cuando éstas se tornan agresivas o incontrolables, nuestro organismo entra en un estado de estrés y ansiedad. Por eso, para saber poner límites, se ha propuesto una técnica de visualización que apunta principalmente a transformar una verdadera discusión en un suceso interesante y enriquecedor, evitando malos entendidos y tensiones en el trabajo, la casa o con los amigos.
Apenas percibas que se está generando una situación difícil, dile a la otra persona: “tomémonos cinco minutos de descanso y luego continuamos con la charla”. Aunque parezca una excusa rutinaria, estos cinco minutos pueden transformar una inminente discusión en un evento positivo y beneficioso para todos los que participan  en la situación. Lo primero que debes hacer es utilizar ese tiempo para buscar un lugar tranquilo y hacer el siguiente ejercicio:

• Sentado o acostado, respira lenta y profundamente durante unos minutos inhalando el aire por la nariz y exhalándolo lentamente por la boca.
• Escribe en un papel el motivo principal de la discusión. Puedes imprimir con letras todo tu resentimiento y tus sentimientos de ira hacia la otra persona.
• Ahora, pregúntate: ¿puedes ver el punto de vista de la otra persona? Si no es así, toma dos sillas. Siéntate en una e imagina que la otra persona está sentada en la otra. Dile con precisión y firmeza por qué estás tan enfadado. Ahora cambia de silla e imagina que eres la otra persona. ¿Cuáles son sus razones para sentirse enfadada? Permítete ponerte en su lugar y expresar sus quejas. Puedes continuar cambiando de silla hasta que comprendas ambos lados de la cuestión. Trata de aceptar que en discusión siempre hay dos puntos de vista, que no necesariamente encuentran un punto fácil en común.
• Aunque sigas estando en desacuerdo con esa persona al final de este período, reconócele el derecho a expresar su opinión. Si resulta seguro hacerlo, quema la hoja de papel que contiene tus quejas.
• Como finalización del ejercicio, visualiza que el amor y el perdón surgen desde el centro de energía ubicado en tu corazón y se transmiten al suyo. Imagínalos de un intenso y deslumbrante color dorado‑rosa.
• Regresa con la persona con la que estabas discutiendo y regálale una sonrisa auténtica. Recomiéndale  continuar mientras compartes algo caliente o incluso un encuentro posterior para tomar o comer algo juntos (sobre todo si se trata de una discusión laboral). Por último, deberías comprobar que una situación de tensión se ha transformado en un intercambio verbal amigable.

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