martes, 7 de mayo de 2013

Ejercicios respiratorios para controlar la ansiedad



• Los ejercicios respiratorios mejoran la ventilación pulmonar y el funcionamiento de los órganos corporales.
• Una respiración correcta es el mejor antídoto para combatir el estrés y la ansiedad.
• Los ejercicios respiratorios deben hacerse diariamente dos o tres veces, sobre todo a la mañana al levantarse y a la noche antes de dormir.

1. Acostados boca arriba, con las piernas flexionadas y las manos sobre el pecho, inspirar profundamente por la nariz sin ensanchar el pecho, distendiendo al máximo el abdomen.
2. Mientras se inspira profundamente acostado, elevar las piernas hasta formar un ángulo de 35 grados con el suelo, y volver a bajarlas tras unos segundos de retención del aire, expulsándolo seguidamente.
3. Sentados como en la ilustración, realizar un giro lateral de tronco y cabeza: extender un brazo hacia delante y situar el otro en la parte media del extendido. Expulsar el aire al girar e inspirarlo al volver a la posición inicial.
4. Sentados en el suelo con las piernas extendidas y separadas, inclinar el cuerpo hasta tocar con la mano el pie contrario, expulsando el aire. Regresar a la posición inicial, inspirar y hacer la misma operación con el pie contrario.
5. Sentados en una banqueta, con los pies apoyados en el suelo, inspirar e inclinarse hacia atrás, con los brazos y palmas hacia afuera. Espirar despacio hasta recobrar la posición inicial.
6. Sentados como en el ejercicio anterior, expirar al inclinar el tronco hacia delante, mientras se mantienen las manos apoyadas en la rodilla. Inspirar lentamente mientras se eleva nuevamente el tronco.
7. Inspirar profundamente por la nariz con las manos sobre el pecho, ensanchándolo y retrayendo el vientre al espirar.
8. En la misma posición que el ejercicio número 1, inspirar profundamente por la nariz hasta ensanchar las últimas costillas.
9. De pie, con los brazos en cruz, inspirar elevándolos hasta que formen un ángulo de 40 grados. Al expulsar el aire, regresar a la posición original. 
10. Sentados en una silla, con los brazos doblados delante del pecho, tocándote la punta de los dedos, inspirar moviéndolos para formar una cruz, y tenderlos aún más hacia atrás. Al espirar, regresar los brazos lentamente hasta la posición inicial.


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