miércoles, 29 de mayo de 2013

Dile adiós al sedentarismo cotidiano




La inactividad física absoluta conocida como ‘sedentarismo’ trae aparejado una serie de trastornos a nivel estético, físico y orgánico. Entre las principales consecuencias de “no mover el cuerpo regularmente” pueden enumerarse la flacidez, el sobrepeso, la desproporción corporal, la fatiga, la falta de estado físico, el mal humor, la falta de masa muscular y los estados de estrés y ansiedad crónicos. Si no se revierte la situación, comienza un circulo vicioso del cual es muy difícil salir: el cansancio y el estrés se producen por la falta de actividad, y precisamente ese cansancio es el que impide comenzar de una vez con el ejercicio físico. Así pasa el tiempo y el sedentarismo se transforma poco a poco en parte de nuestras vidas.
Lo primero que se debe hacer es reavivar la fuerza de voluntad y motivarse para estar activo constantemente. Puede ser desde ir hacer compras caminando (en lugar de utilizar el auto) hasta ejercitarse llevando objetos pesados de un lado a otro. Potenciar las actividades cotidianas y convertirlas en ejercicio aeróbico puede significar una pérdida de hasta 500 calorías diarias sin esforzarse al cien por cien y sin llegar a concurrir a un gimnasio.

Poco esfuerzo para mucha actividad

Sin duda, la idea de ejercitarse no siempre resulta sencilla. Evaluá cuántos esfuerzos te ahorras a diario cada vez que utilizas el auto o el ascensor para trasladarte, los artefactos electrónicos para las tareas del hogar, o el teléfono para pedir cosas en lugar de ir a buscarlas. Si se modificaran estas actitudes sedentarias por otras más activas, el cuerpo no acumularía grasa, el sistema cardiovascular estaría más entrenado y los músculos permanecerían siempre en forma. Algunas actividades como caminar en vez de utilizar transporte, ir de compras al supermercado más lejano y arreglar el jardín pueden ayudar a poner en funcionamiento nuevamente los músculos y las articulaciones del cuerpo.
El plan de ataque siempre necesitará estar apoyado por una dieta adecuada y una filosofía de movimiento. Hacer nuevas apariciones sociales te ayudará no sólo a mejorar tu aspecto, también te dará mayor autoestima y rendirás mejor en todo lo que te propongas. Recuerda que al hacer tu vida más activa sólo recibes beneficios, y esos malestares diarios que sentías a cada momento comienzan a desaparecer, lo que te alienta a continuar con tu nuevo estilo y olvidarte definitivamente de las actitudes sedentarias.

Mover el cuerpo: Una solución al alcance de todos

Mover el cuerpo regularmente beneficia la función cardiorrespiratoria y de ella depende nuestra resistencia al esfuerzo. Una vida sedentaria, que suele ir acompañada por una mala alimentación y un mal descanso, termina irremediablemente en un deterioro del organismo y en muchos casos en una enfermedad crónica. Y las enfermedades cardiovasculares son enfermedades crónicas degenerativas, fuertemente asociadas a las condiciones de vida. Por eso lo mejor es adoptar una actitud activa que nos asegure una vida plena y llena de vitalidad, que no necesariamente tenga que ver con practicar un deporte, sino más bien con cambiar ciertos hábitos nocivos por otros más saludables. Entre las propuestas “activas” se encuentran:
• Subir y bajar lentamente por las escaleras dejando de lado los ascensores.
• Realizar compras en comercios que estén un poco más lejos del hogar para aprovechar la caminata diaria.
• Ejercitar los músculos de los brazos mientras se permanece sentado realizando movimientos circulares.
• Caminar por lo menos de 10 a 12 cuadras por día.
• Andar en bicicleta por el parque para obtener así una inyección de oxígeno vital.

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