viernes, 3 de mayo de 2013

Pastas: Para comerlas sin temor




Las pastas son un alimento realmente increíble; pues sus características las hacen incomparables: nutritivas, de cocción rápida e ideales para combinar en cientos de platos. Además es un alimento que sufre muy poca transformación: al ingrediente base, que es sémola de trigo, se le agrega agua para formar una pasta, que luego se corta y se deja secar. Los aditivos permitidos son naturales: sal, gluten, huevos, leche, jugos o extractos de legumbres y aromatizantes. Por su preparación tan simple (no requieren fermentación ni cocción previa), pierden pocas vitaminas y minerales, y tienen un valor nutricional cercano al del trigo duro.

En la actualidad, existen más de quinientos tipos de pastas diferentes. Las elaboradas con harina integral son de color tostado; tardan un poco más en cocinarse, pero son más ricas en hierro y fibras. A veces se les agregan huevos para darles más sabor; las verdes tienen espinacas; tomates las rojas, morrones las anaranjadas. Además de espaguetis, ravioles, añolotis, tallarines y macarrones, existen otras variedades interesantes por sus formas y colores: caracoles, tagliatelles y lasañas, que bien condimentadas, constituyen un exquisito manjar.

Radiografía de las pastas

El valor nutritivo de las pastas permite evitar los excesos: son pobres en lípidos, ricas en prótidos, en almidones (que tienen la propiedad de reducir los azúcares rápidos), vitaminas y sales minerales. Por eso son indispensables para los deportistas durante los entrenamientos y en las competencias: la noche anterior a una prueba les recomiendan consumir una cena con mayor cantidad de carbohidratos complejos, es decir, un menú a base de pastas. Esa ingestión proporciona una reserva de combustible en forma de glucógeno (el hidrato de carbono que se almacena en el hígado y en menor proporción en los músculos).

Al mantener una tasa glucémica estable, las pastas evitan la sensación de fatiga y hambre, pero sobre todo no engordan. Pues lo que en realidad aumenta la cantidad de calorías son las salsas y los quesos que acompañan la preparación de las mismas. Además el volumen de las pastas está dado por su cocción, ya que durante ésta absorben mucho agua; por eso una porción de 50 gramos se transforma una vez cocida en 150 gramos, los que aportan poco más de 175 calorías. Frescas o secas, con sólo unos pocos condimentos naturales, resultan siempre un plato apetitoso y altamente nutritivo.

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