A
continuación, enumero las características de algunos “remedios milagrosos” que pueden llegar a perjudicar seriamente la
salud y atentar así contra la silueta:
Los purgantes: Es completamente un mito tomar
un purgante luego de una comida pesada en grasa y calorías, pensando que así se
adelgaza. La mayoría de los laxantes actúan luego de que los alimentos han sido
asimilados y sus componentes ya están en la sangre, así que tomar un purgante
no evita la absorción de las grasas, las proteínas y los hidratos de carbono.
Al contrario, lo que ocasionan es un perjuicio muy severo en el intestino,
sobre todo porque estos remedios están recomendados para casos específicos de
constipación o tránsito lento.
Los anorexiantes: Estos remedios contienen
sustancias que actúan sobre la saciedad, reprimiendo el hambre y acelerando el
funcionamiento del sistema nervioso. Los efectos que producen estas sustancias
son una sensación de excitación y un aumento considerable en la sudación. El
problema se complica porque el cuerpo se habitúa a estas sustancias y en poco
tiempo requiere cada vez más para evitar el hambre. Por otro lado una
inapetencia genera desnutrición y ello conlleva a graves trastornos de salud.
Estos remedios deben ser prescriptos por un médico y para tratamientos muy
específicos y controlados.
Las infusiones depurativas: Éstas ayudan a eliminar los
residuos que perjudican el buen funcionamiento del organismo, y una vez
depurado vuelve a su metabolismo normal. El error está en que muchas personas
las utilizan para bajar de peso pero lo único que logran es eliminar agua, no
adelgazar. La depuración es un paso importante en un tratamiento de pérdida de
peso, pero sólo el comienzo. Por sí sola, una infusión depurativa no obra
milagros. Se requiere un cambio de hábitos nutricionales para conseguir una
pérdida de peso efectiva y sostenida.
Los diuréticos: En primer lugar, no son inocuos
porque eliminan el calcio del cuerpo; en segundo lugar, no actúan sobre las
células adiposas. Lo único que logran es eliminar agua y minerales del cuerpo,
por eso, se piensa que se baja de peso y no es así. Además estos remedios
actúan sobre la presión arterial, por eso siempre deben ser recetados por un
médico. Una alimentación rica en frutas y verduras favorece una óptima diuresis
(eliminación de líquidos) del cuerpo, sin necesidad de tomar algún fármaco. Por
otro lado la pérdida excesiva de líquidos puede generar severos trastornos de
salud, además de deshidratación.
La hipnosis: El hipnotizador le ordena a su
paciente lo que tiene que hacer para evitar comer en exceso, esa información se
guarda en el subconsciente y listo. Pero así todo el mundo podría bajar de
peso; lo cierto es que para saber si realmente funciona debe experimentarlo uno
mismo y en general el problema no se resuelve en sólo una sesión. Puede ser una
alternativa posible, pero si no se produce un cambio en los hábitos de vida, el
problema del sobrepeso no se resolverá de manera definitiva.
La sauna y los baños de vapor: Miles de personas se desengañaron cuando un estudio
determinó que el calor y los chorros de agua fría sólo estimulan la circulación
relajando los músculos pero no consumiendo calorías más de lo normal. Lo que
sucede es que si se pesa luego del sauna, el peso que falte se debe a que se ha
perdido alrededor de 1 ½ litro de agua en la transpiración pero no porque se
hayan quemado grasas. Y el verdadero descenso de peso se produce tras la
eliminación o combustión de la grasa acumulada, algo que solo se consigue con
una alimentación controlada, músculos más firmes y un estilo de vida activo.
Todo lo demás se presenta como una “solución milagrosa”, cuando en realidad es
sólo un “paliativo momentáneo y peligroso”.
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