martes, 13 de agosto de 2013

Cómo revertir los trastornos de sueño



Cada persona tiene diferentes necesidades de sueño, y éstas cambian día tras día y a lo largo de la vida. Algunas personas necesitan dormir 8 a 10 horas diarias para sentirse vitales, mientras que otras, sobre todo los mayores, sólo requieren de 5 a 6 horas por día.
A medida que envejecemos es normal dormir menos horas, tardar más tiempo en conciliar el sueño y despertarse con más frecuencia durante la noche.
Se considera que con la edad los procesos metabólicos del cuerpo se hacen más lentos, lo que disminuye la necesidad de dormir. Además, algunas personas que practican técnicas de relajación profunda (estado que también disminuye el metabolismo) admiten sentirse descansadas con pocas horas de sueño. Por el contrario, los enfermos y las personas estresadas revelan una inminente necesidad de dormir más.
Para conservar la salud y aumentar la calidad de vida debe considerarse al descanso como un aspecto imprescindible para el organismo, como lo es alimentarse y hacer ejercicio físico.
En muchas ocasiones, los hábitos de sueño pueden ser perturbados por numerosos trastornos entre los que se encuentran el insomnio, el hiperinsomnio, las pesadillas, la inquietud nocturna, el sonambulismo y los ronquidos. Combatirlos o diminuirlos no sólo mejora el nivel de descanso, sino que contribuye a elevar el estado de ánimo y de energía mientras el cuerpo permanece despierto.

Claves para un buen descanso nocturno


Lo primero que debe hacerse es determinar las causas que producen el insomnio o la falta de sueño. Puede tratarse de un dolor, una enfermedad, ruido, frío, calor, una cama incómoda, depresión, estrés, indigestión o exceso de bebidas. Si se toman medidas para solucionar estos problemas, los trastornos de sueño pueden evitarse.
Para calmar el dolor el médico suele recetar un analgésico o un descongestionante nasal si se padece de apnea nocturna. Por otra parte, si el ruido es la causa de la falta de descanso conviene utilizar tapones de cera en los oídos a la hora de ir a la cama. En caso de que el calor o frío obliguen a despertarse, lo mejor es usar una ropa de cama adecuada o simplemente cambiar de habitación.
Otras medidas efectivas para conciliar el sueño consisten en escuchar música suave, leer un libro, caminar un poco antes de acostarse, beber una infusión de manzanilla o un vaso de leche, poner la mente en blanco, respirar en forma profunda, practicar ejercicios de relajación o tomar una ducha caliente. Asimismo, en caso de cenar conviene hacerlo al menos tres horas antes de ir a dormir, evitar el té, café o chocolate y sobre todo olvidarse de las tensiones y preocupaciones diarias, pues “a la cama siempre se va a descansar”.

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