En la
antigüedad se atribuía a la arcilla un gran poder curativo por sus propiedades
medicinales. Se sabe que los médicos egipcios la emplearon por vía interna para
combatir inflamaciones y úlceras. Por su parte, los baños de lodo caliente del
Delta del Nilo se aplicaban para calmar dolores reumáticos.
Componentes y aplicación de la arcilla
La
acción medicinal que ejerce la arcilla sobre el organismo se debe
principalmente a la proporción de los componentes que posee en estado natural,
como Sílice, Alúmina, Hierro, Calcio y Magnesio. Por su gran poder de absorción
se emplea en lesiones de tipo infeccioso o inflamatorio, y por sus propiedades
energéticas posee un efecto estimulante en la cicatrización.
Es por
todo ello que la arcilla es idónea para el tratamiento y prevención de
múltiples dolencias, así como para el cuidado de la piel. Se puede emplear
tanto por vía externa como por vía interna y, en ambos casos, deben seguirse de
manera estricta las indicaciones de un médico para su uso.
Aplicaciones por vía interna:
Se utiliza en el tratamiento de enfermedades infecciosas o parasitarias, estreñimiento y trastornos digestivos. Se puede consumir de dos formas: diluida en agua o bebiendo sólo el líquido resultante del reposo de la arcilla en agua. También se la puede tomar mezclada en infusiones o zumos y con miel.
Se utiliza en el tratamiento de enfermedades infecciosas o parasitarias, estreñimiento y trastornos digestivos. Se puede consumir de dos formas: diluida en agua o bebiendo sólo el líquido resultante del reposo de la arcilla en agua. También se la puede tomar mezclada en infusiones o zumos y con miel.
Aplicaciones por vía externa:
Existen tres formas de utilizarla de acuerdo al tratamiento que se desee seguir. En cataplasma se emplea la arcilla para afecciones de la piel. En compresas frías o calientes, es útil para tratar zonas del cuerpo inflamadas o congestionadas y tonificar algún órgano débil. Finalmente, los baños de arcilla son útiles para recuperar un estado de bienestar general del cuerpo.
Existen tres formas de utilizarla de acuerdo al tratamiento que se desee seguir. En cataplasma se emplea la arcilla para afecciones de la piel. En compresas frías o calientes, es útil para tratar zonas del cuerpo inflamadas o congestionadas y tonificar algún órgano débil. Finalmente, los baños de arcilla son útiles para recuperar un estado de bienestar general del cuerpo.
*Importante:
El tratamiento a base de arcilla siempre debe estar indicado por un médico,
sobre todo si su utilización se efectúa por vía interna. Además, la arcilla debe
ser estéril y conservarse seca en un recipiente hermético. Sólo se mezcla con
agua en el momento de usarse. De lo contrario, esta terapia puede generar
ciertos perjuicios al organismo.
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