La explicación científica
Nuestro
organismo está formado por millones de células que, en diferentes cantidades,
poseen tres tipos de elementos: agua, sustancias orgánicas y sustancias
inorgánicas. Es así que elementos inorgánicos como las sales forman parte de
alguno de los componentes de la célula.
El proceso de continua muerte y regeneración de las células está a cargo de la sangre. Pero si ésta no posee la cantidad óptima de elementos inorgánicos, la renovación no se produce correctamente ya que no se eliminan los productos tóxicos de desecho del metabolismo celular, lo que finalmente da origen a la enfermedad.
El proceso de continua muerte y regeneración de las células está a cargo de la sangre. Pero si ésta no posee la cantidad óptima de elementos inorgánicos, la renovación no se produce correctamente ya que no se eliminan los productos tóxicos de desecho del metabolismo celular, lo que finalmente da origen a la enfermedad.
Las sales y sus efectos
La
administración de sales minerales se efectúa a través de medicamentos homeopáticos
elaborados a base de minerales naturales, por lo que se diluyen para asegurar
su rápida absorción. El descubrimiento de Wilhelm Schüssler determinó una
cantidad de doce sales minerales esenciales en la sangre con diferentes
aplicaciones cada una:
• Cloruro de potasio (kali muriaticum): para la tos, los resfriados, el
dolor de oídos y el reumatismo.
• Cloruro de sodio (natrum muriaticum): para los problemas de próstata,
el estreñimiento, los cólicos y las neuralgias.
• Dióxido de sílice (silica): para los resfriados, la gripe,
la bronquitis crónica, los desórdenes neurológicos y la falta de vigor.
• Floruro de calcio (calcarea fluorica): para tratar las hernias, las
hemorroides, la salud dental y los problemas circulatorios.
• Fosfato de calcio (calcarea phosphorica): para el catarro, los
resfriados, las malas digestiones y los calambres musculares.
• Fosfato de hierro (ferrum phosphoricum): para el dolor de cabeza,
problemas urinarios, los forúnculos y las manchas en la piel.
• Fosfato de magnesio (magnesium
phosphoricum):
para el asma, la bronquitis, los eccemas, las palpitaciones y los desórdenes
menstruales.
• Fosfato de potasio (kali phosphoricum): para el catarro, la infección
de oídos, la amigdalitis, la varicela, el sarampión y las paperas.
• Fosfato de sodio (natrum phosphoricum): para la ansiedad, la depresión
y el acné.
• Sulfato de calcio (calcarea sulphurica): para los problemas digestivos,
el asma y la fiebre del heno.
• Sulfato de potasio (kali sulphuricum): para la ansiedad, las fobias,
la timidez, la incontinencia y la frigidez sexual.
• Sulfato de sodio (natrum sulphuricum): para el reumatismo, las
náuseas, la acidez y la diarrea.
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