miércoles, 2 de abril de 2014

Principales tratamientos para los dolores musculares



Si padeces de dolores musculares, además de las indicaciones médicas, puedes seguir algunos tratamientos alternativos que mejorarán notablemente tu estado. Entre las opciones más saludables, se encuentran:
Aromaterapia: Aplicarse un masaje o un baño con ciertos aceites esenciales puede calmar el dolor. Para ello emplea las siguientes fórmulas:
• Mezcla 10 gotas de aceite de romero o 2 de manzanilla alemana con 1 cucharada de aceite de almendras dulces o de soja, y frota suavemente el área irritada. No utilices el de romero en las primeras 20 semanas de embarazo.
• Añade 3 gotas de aceite de lavanda y 3 de ciprés al agua del baño caliente, y sumérgete en la bañera. Omite el de ciprés si estás en las primeras 20 semanas del embarazo.
• Para entrar en calor agrega 3 gotas de un aceite de especias, como jengibre, a una compresa caliente y aplícala sobre el músculo afectado.
Aplicaciones de calor y frío: Los músculos tensos y doloridos reaccionan bien al calor, mientras que los distendidos o desgarrados se alivian con una compresa fría las primeras 24 loras; luego es preciso aplicar calor. Las opciones pueden ser:
• Calienta los músculos tensos con una lámpara de luz infrarroja colocada a una distancia de 50 a 75 cm, durante 30 minutos dos veces al día.
• En el músculo irritado coloca una bolsa con agua caliente envuelta en una toalla, un paquete lleno de gel calentado en la estufa o el horno de microondas o una almohadilla eléctrica.
• Sumérgete un rato en agua tibia (no caliente).
• Aplícate una compresa caliente 3 minutos, luego una fría 1 minuto; repite diariamente 2 o 3 veces hasta sentirte mejor. Para un mayor beneficio, primero moja la compresa caliente en medio litro de agua con 2 cucharadas de hamamelis destilada.
Masajes localizados: El masaje es una de las mejores terapias para el dolor muscular. Pero para ello existe una manera correcta de aplicarlos:
• Primero toma un baño tibio y recibe el masaje en un lugar tibio para favorecer la relajación. Pídele a otra persona que proceda trabajando los músculos irritados con movimientos deslizantes y de amasamiento.
• Luego debe estimular los filamentos o puntos tensos para que se relajen, friccionando las fibras transversales y trabajando los dedos por todas las fibras sin resbalar sobre la piel.
• Finalmente, con la yema de los pulgares debe presionar fuertemente sobre los puntos sensibles del dolor. Sin embargo, si no consigues alguien que te aplique los masajes, recurre a un fisioterapeuta.

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