martes, 15 de abril de 2014

Sanación Pránica: Para una purificación energética



La sanación pránica ayuda a limpiar la energía y favorece la curación de los males del cuerpo y del espíritu. Esta filosofía fácil de aprender y que puede ser usada por cualquier persona, no pretende suplantar a la medicina convencional, sino más bien, convertirse en un complemento.

El antiguo arte de la sanación a través de las manos que utiliza la energía vital o prana, que es todo lo que nos rodea, y el reconocimiento de la existencia de esta energía sutil, viene de disciplinas ancestrales y ha sido utilizado por múltiples culturas alrededor del mundo.
El prana, palabra que en sánscrito (uno de los primeros idiomas de la humanidad) significa energía vital, es el mismo concepto que los chinos denominan chi o los japoneses ka, el pneuma del que hablaban los griegos, el Ra de los hebreos y el soplo de vida del que hablaba Galeno, padre de la medicina moderna, así como también el bioplasma o éter que estudian actualmente los científicos describiendo algunas leyes de su comportamiento.
Todos estos conceptos se refieren a una energía sutil invisible o imperceptible para los sentidos (aunque es posible aprender a percibirla a través de ellos) que forma parte de cualquier organismo, encargándose de mantenerlo vivo, fortalecerlo y suministrar la fuerza vital necesaria para cualquier actividad.
Cuarenta años de estudio y experimentación sobre el comportamiento de la energía en relación con los procesos de recuperación del ser humano, de las diferentes técnicas que la utilizan y de la verificación de los resultados del manejo y aplicación de esta energía, han llevado al Maestro Choa Cok Sui, ingeniero químico filipino a desarrollar una técnica que recopila y sintetiza el conocimiento y manejo práctico de la energía sutil: la sanación pránica.
Esta corriente consiste en un sistema de técnicas que recopilan diversos saberes y disciplinas ancestrales y modernas que desde muchas perspectivas, trabaja en el campo terapéutico, sobre la base de la existencia de una energía sutil del ser humano que afecta los aspectos físicos, emocionales, mentales y espirituales.
Este campo de energía sutil está formado por un entramado de canales de energía que se interconectan y forman a su vez centros energéticos también llamados chakras, que son los principales puntos por donde esta energía va a entrar y salir del sistema, manejando así la energía que va a cierta zona de influencia con sus órganos y funciones.
Cuando esta energía fluye limpia y libremente dentro de un sistema, el estado de salud es óptimo; pero esta puede -por muy diversas causas- debilitarse o acumularse formando bloqueos o congestiones que, si son continuos y permanentes, van a afectar la calidad de la energía que entra en dicha zona y por consiguiente afecta también a los órganos y funciones que se alimentan de ésta.

Desde el punto de vista energético, la enfermedad es entonces la manifestación de un déficit o un exceso de energía congestionada que impide al organismo mantener en equilibrio sus funciones y esto es válido tanto para el aspecto físico, como para el emocional, mental o espiritual. Estos estados de desequilibrio que se manifiestan como síntomas o dolencias, pueden ser detectados y tratados a nivel energético a través de métodos simples pero muy eficaces, como en el caso de la sanación pránica.
Según el maestro Chao esta filosofía enseña a utilizar o rescatar el poder sanador que hay dentro de cada persona, desarrollando la sensibilidad para percibir la energía junto con la evaluación inteligente y el entendimiento del cómo, por qué y para qué de dicha energía. Es, por otra parte, una técnica muy práctica que se desarrolló para ser aplicada con las manos, evitando instrumentos, y que no requiere de ningún tipo de droga o elemento extra, sin que esto signifique que tenga alguna contraindicación cuando se debe tomar alguna.
La sanación pránica, lejos de estar en contra de las prácticas tradicionales de la terapéutica, busca complementarlas y apoyar su acción cuando la persona está siendo tratada dentro de un proceso de estos y es practicada hoy en día, tanto por médicos que la combinan con sus tratamientos ortodoxos, como por terapeutas de diferentes disciplinas y personas de todo tipo de saberes, culturas y creencias.

Cómo usar las manos

En la sanación pránica las manos son el canal para proyectar la energía vital y para eliminar la energía contaminada. El sanador debe tener una preparación previa, sin embargo, antes de realizar una sanación primero debe activar las chakras de sus manos para sensibilizarlas y de esta manera poder analizar el campo áurico del paciente y determinar el nivel y calidad de su energía.
El sanador limpia el área afectada, ubicando las manos a unos 10 centímetros del paciente –ligeramente encorvadas– y simulando una especie de cuchara que barre la zona. Luego el sanador limpia sus manos una con la otra y las sacude, también hace uso de un recipiente de agua con sal donde sacude y limpia sus brazos hasta el codo para evitar recibir la energía contaminada que ha sacado del paciente.
Por su parte, el recibidor o paciente debe estar muy tranquilo, relajado y abierto a la sanación.
Luego de la limpieza el sanador está preparado para suministrar la energía pránica. La mano izquierda se pone con la palma hacia arriba en posición de recibir energía divina, mientras que la derecha se coloca a 20 centímetros de la parte que se limpió para proyectar la energía durante unos minutos, de acuerdo al criterio del sanador. Posteriormente, se comienza a regar o dispersar la energía en el sector, en sentido de las manecillas del reloj. Al finalizar el sanador limpiará muy bien sus manos para no contaminarse.
Un sanador experimentado puede también hacer uso de instrumentos como cristales de cuarzo, sal y agua para una sanación más efectiva. El número de sesiones necesarias dependerá de la condición del paciente, así como de la experiencia y fuerza energética del sanador.

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