lunes, 7 de abril de 2014

Exceso de actividad y problemas fisiológicos



Ciertos trastornos orgánicos están directamente asociados con excesos de actividad física. Por ejemplo, si durante un entrenamiento la pérdida de líquidos no se restituye rápida y adecuadamente, puede producirse un estado de deshidratación grave. Para prevenirlo y favorecer la actividad muscular y respiratoria, se debe beber agua en abundancia, aunque no se tenga sed. El sodio acompaña el agua que se pierde con la respiración y la transpiración; el potasio se consume durante la contracción muscular. También el organismo excreta vitaminas B1, B2, B3, B6; por eso hay que alimentarse equilibradamente, con comidas que incluyan los cinco grupos básicos (almidones, verduras y frutas, carnes, lácteos y grasas).
Por otra parte, cuando el músculo se contrae necesita mucho oxígeno; y si no se satisface esta necesidad se acumula ácido láctico, que provoca sensación de fatiga. No debe contenerse la respiración durante la ejecución de un movimiento, hay que expulsar el aire durante la fase activa e inspirar al regresar a la posición inicial. 

Cuando una dieta atenta contra los ejercicios

Ejercicios y dieta ayudan a adelgazar, pero los regímenes muy bajos en calorías son realmente un fracaso. Con la carencia de calorías, la capacidad para quemar carbohidratos y grasas disminuye, y éstos se almacenan en depósitos del organismo. El metabolismo basal desciende, el gasto energético para mantener las funciones vitales se reduce. Los resultados negativos son inminentes: apatía, pereza física y mental, disminución de glóbulos rojos y mayor propensión a las infecciones.
Durante el esfuerzo muscular, la glucosa es el principal nutriente que consume el músculo. Cuando estamos en ayunas, por la sangre circula poco menos de un gramo de glucosa por litro, cantidad insuficiente para hacer ejercicios o deportes. Hay que comer dos horas antes de practicarlos, pues el azúcar se regenera a partir de lo que comemos y del glucógeno que guardamos en el hígado., Cuando una alimentación es correcta, éste guarda entre 15 y 17 gramos de glucógeno por kilogramo de tejido. De su volumen y tono depende una piel tersa y lisa, exenta de arrugas y flaccidez. De lo contrario el cuerpo recurre a las proteínas para obtener energía, disminuyendo así la masa muscular en lugar de la grasa.

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