En cambio, las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas
no están tan relacionadas con las enfermedades cardíacas, y estudios
científicos consideran que en realidad pueden contribuir a brindar protección
contra este tipo de dolencias. Las grasas monoinsaturadas se encuentran en los
aceites de oliva, de almendras y de palta. Se cree que el elevado consumo de
aceite de oliva en los países mediterráneos es el motivo principal de que
exista una baja incidencia de infartos entre su población. Por su parte, las
grasas poliinsaturadas se encuentran en los pescados, y son el constituyente
principal de ciertos aceites vegetales, como el de girasol, de sésamo y de
pepitas de uva.
La mejor manera de consumir grasa
En general, un consumo exagerado de
grasas en la alimentación puede generar un aumento en los niveles de colesterol
en sangre y producir un taponamiento de arterias. Para evitarlo, lo mejor es
reducir la ingesta de grasas saturadas, incorporando una mayor variedad de
alimentos ricos en grasas poliinsaturadas. Asimismo, para tener un corazón
saludable es preciso que tengas en cuenta los siguientes puntos:
• Consume carne
de ave en lugar de carne roja, siempre que te resulte posible. La grasa de las
aves está principalmente en la piel, así que quítasela. Además consume más
pescado. Los oleosos, como el arenque, la caballa, el atún o la trucha son
ricos en grasas poliinsaturadas (omega-3) que protegen al corazón contra el
infarto cardíaco.
• Consume carnes magras y quítales toda la
grasa visible. Generalmente las carnes vacunas y de cordero contienen más
cantidad de grasas que las carnes de aves.
• Limita el consumo de huevos y productos
lácteos como queso, leche entera, crema y manteca. Siempre que puedas, elige
las variedades pobres en grasas, como leche, requesón (ricota) y yogur
desnatados (descremados). Actualmente existen discusiones sobre si las
margarinas vegetales son beneficiosas para la salud y mejores que la manteca,
por lo que se aconseja limitar el consumo de ambos productos.
• Reduce el consumo de chocolate, tortas y
galletas. Estos productos no sólo son ricos en grasas saturadas sino que además
contienen pocos nutrientes o ingredientes beneficiosos como vitaminas,
minerales o fibras.
• Evita consumir comidas fritas siempre que
te sea posible. Es mejor preparar comidas a la parrilla, al horno, al vapor,
por hervor o salteadas.
• Para cocinar utiliza siempre aceites
vegetales (de oliva, maíz o girasol). Los aceites de primera prensada en frío
tienen muy poca refinación y son los más saludables.
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