Por su
parte, en esta etapa la densidad ósea tiende a mantener los niveles conseguidos
a los 30 años ya que no aumenta ni disminuye siempre y cuando se siga entrenando
el cuerpo. Por eso es importante llevar a cabo ejercicios suaves con pesas. Lo
cierto es que a nivel de los huesos, lo que no se hizo antes ya no se puede
hacer ahora.
Respecto
a la grasa corporal, es posible notar algunos cambios en cuanto a la composición
del cuerpo. A esta edad la figura de los veinte puede verse afectada por un
mayor porcentaje de grasa y una consiguiente flaccidez muscular. Por eso es
importante la continuidad en el entrenamiento físico a lo largo de los años,
para evitar llegar a los 40 años con un cuerpo no deseado. Las pesas y los
ejercicios de fuerza son los más indicados para que los rollitos nunca
aparezcan.
Menos fuerza y más flexibilidad
En
general la pérdida de masa muscular comienza alrededor de los 50 años, aunque
si llevas una vida sedentaria a esta edad, de seguro que la pérdida de músculo
será superior a la normal. Sin embargo, ya no necesitas pasarte largas horas en
el gimnasio, sólo bastan unos 10 a 15 minutos diarios de ejercicios con pesas.
Actividades como el baloncesto, tenis y fútbol también son muy buenas para
conservar un excelente estado físico y entrenar todos los músculos del cuerpo.
Por otro
lado, no sólo la fuerza es importante ya que la flexibilidad muscular juega un
papel trascendente en esta etapa de la vida. A partir de los 45 años la
elasticidad de los músculos comienza a reducirse y las articulaciones se hacen
más rígidas. Por eso las personas que entrenaron esta capacidad a lo largo de
la vida, se encontrarán con un cuerpo tan flexible como a los 20 años. El Yoga
y la práctica del stretching son muy recomendables para mantener la
flexibilidad y conservar la salud tanto física como mental.
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