Una persona que no presta atención suele estar catalogada como distraída y
generalmente se dice de ella que “vive en una nube”. Si te sientes identificada/o
con esta realidad, pues es hora de que comiences a revertir tu estado de falta
de atención y empieces a poner en juego todos los sentidos; de esta forma
potenciarás tu memoria y pondrás a trabajar el rincón mental de los recuerdos.
Para ello nada mejor que seguir los siguientes consejos:
• Ejercita tus sentidos sensoriales: Selecciona sonidos lejanos,
diferenciándolos de los cercanos, o discrimina algunas imágenes de otras en
plena calle. El desafío de este ejercicio es centrarse en un objetivo y ser
capaz de mantener la concentración. Asimismo, emplea los cinco sentidos: es muy
útil recordar una imagen y asociarla a un sonido o un olor determinado. El
tacto también funciona muy bien a la hora de intentar recordar (sobre todo si
se trata de un objeto).
• Establece prioridades: Tienes que acostumbrarte a que no puedes hacer todo
a la vez. Lo mejor es elaborar una lista de actividades por orden de
importancia o urgencia, respetándola de manera estricta. Y recuerda que debes
encontrar tus propias prioridades, no la que te sugieran o impongan los demás;
así te sentirás realmente interesado por ellas y les prestará la atención que
se merecen.
• Evita el desorden: El orden es la base de la atención mental. Es muy
difícil centrarse en medio del desorden, tanto físico como mental. Acostúmbrate
a ordenar los espacios que compartes diariamente y, cuando lo creas necesario,
renueva el ambiente cambiando las cosas de lugar (pero siempre conservando un
orden). De esta forma el contexto te ayudará cada vez que necesites poner en
juego la atención.
• Olvida los detalles: Debes encontrar el verdadero interés por las cosas,
valorándolas globalmente y sin quedarte en detalles sin importancia. Con una
visión generalizada de lo que te rodea evitas la dispersión mental.
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