Antes de explicar en qué consiste este método,
es preciso definir el concepto de “intensidad” ya que es la base sobre la cual
se sustenta el sistema. “La INTENSIDAD es el porcentaje de esfuerzo muscular
momentáneamente posible”. La intensidad en sí misma, sólo tiene dos puntos que
pueden ser medidos con certeza; el 0 % cuando estamos en reposo, y el 100 %
cuando estamos ejecutando un esfuerzo máximo; por ejemplo: en la última
repetición de una serie llevada hasta el punto de fallo muscular momentáneo. Se
ha demostrado que el número de repeticiones ejecutadas por diferentes individuos
con el 80 % (porcentaje teórico alrededor del cual la teoría del entrenamiento
deportivo encasilla el desarrollo muscular) de una repetición máxima ( 1 RM),
puede variar enormemente, dependiendo del tipo de fibra predominante y la
eficiencia neuromuscular individual. En su propia investigación, Arthur Jones
encontró individuos que podían ejecutar sólo tres repeticiones hasta el punto
de fallo con el 80 % de una repetición máxima en un curl de bíceps, y otros que
podían ejecutar incluso 27 repeticiones con el 80 % de su repetición máxima en
el mismo ejercicio. Esto revolcaba tablas de entrenamiento religiosamente
seguidas a lo largo de décadas por entrenadores y teóricos del entrenamiento
deportivo a lo largo y ancho del mundo entero.
Luego de definido el factor intensidad debemos
conocer las dos categorías de ejercicios que se pueden realizar: aeróbicos y
anaeróbicos. El ejercicio aeróbico se dirige con exclusividad al desarrollo de
un tipo específico de resistencia; que, en resumen, es la capacidad de hacer
más y más trabajo. Y, como es evidente, para poder completar una gran cantidad
de trabajo, la intensidad del ejercicio tendrá que ser obligatoriamente baja:
simple, lógico. Es decir que: aeróbico es igual a ejercicio prolongado de baja
intensidad. El ejercicio anaeróbico en cambio, se dirige con exclusividad al
desarrollo de la fuerza, el tamaño muscular y la velocidad. Y como el ejercicio
anaeróbico es fisiológicamente opuesto al anterior, debe ser de alta
intensidad, por lo tanto inevitablemente, tendrá que ser breve. Entonces,
anaeróbico es igual a ejercicio de alta intensidad y corta duración. Ejemplo:
si ustedes observan el cuerpo de un sprinter, notarán que posee una musculatura
altamente desarrollada en todo su cuerpo. ¿Y por qué piensan que es? Simple,
porque un sprinter realiza un esfuerzo intenso; como es la carrera de cien
metros, en un período muy breve, alrededor de los diez segundos. ¿Por qué un
corredor de maratón no posee el mismo nivel de tamaño muscular? También es una
respuesta muy simple; porque si bien este tipo de atleta realiza una enorme
cantidad de trabajo, la intensidad empleada en el mismo es mínima. Nadie es
capaz de hacer un gran esfuerzo por mucho tiempo. De lo que se desprende que
intensidad y cantidad, son conceptos virtualmente opuestos. O entrenamos de
forma prolongada, o entrenamos de forma intensa; pero nunca podremos entrenar
de forma prolongada e intensa a la vez.
Entrenar
hasta un límite
Ahora bien, que pasa con los fundamentos
fisiológicos al respecto de lo antes mencionado. La cantidad de recursos
bioquímicos que componen la capacidad de recuperación, no es infinita; por el
contrario, es estrictamente limitada.
No se sabe cuan limitada es, pero si se sabe
con absoluta certeza, que la única manera “razonable” de utilizar una fuente
que es limitada, desconociendo su contenido real, es de la forma más económica
posible. Que quiere decir esto, que es una necesidad primaria y absoluta, no
realizar más ejercicio que el mínimo requerido para conseguir el resultado que
esperamos, caso contrario se impulsan los mecanismos enzimáticos (entrenar es
entrenar una reacción enzimática) que desembocan en sobreentrenamiento
(síndrome psicofísico de estancamiento con sucesiva caída del rendimiento).
Idealmente, “el crecimiento debería producirse
sin la ejecución de ninguna serie”, de manera de contar con todos los recursos
bioquímicos disponibles para abastecer el crecimiento; sin embargo, para que el
crecimiento se produzca, el cuerpo tiene que tener una razón para hacerlo. Es
decir, un estímulo; y no puede haber estímulo sin entrenamiento, y no puede
haber entrenamiento, sin la ejecución de por lo menos una serie. Ahora bien,
todo incremento del ejercicio, por encima del mínimo indispensable, es por
definición, sobreentrenamiento: lógica simple. La intensidad produce una
incidencia sobre la reserva de recursos bioquímicos de la capacidad de
recuperación; entonces el cuerpo, incrementará su reserva existente mediante la
construcción compensatoria de tejido muscular adicional para proteger sus
recursos del estrés aplicado sistemáticamente.
Y recordemos que cuantos más recursos
bioquímicos sean utilizados para abastecer el entrenamiento, menos recursos
tendremos disponibles para producir el crecimiento: matemática elemental. Por
lo tanto, el entrenamiento intenso debe
ser extremadamente breve.
Una vez estimulado el crecimiento mediante un entrenamiento intenso, debemos darle al cuerpo el tiempo suficiente para cumplir con todas y cada una de las reacciones bioquímicas; que una vez completadas, se manifestarán en la producción del crecimiento. Si bien es cierto que la tolerancia a la exposición del estrés intenso varía según ciertas condiciones genéticas, está demostrado que el cuerpo humano no puede recuperarse de un entrenamiento intenso en menos de 72 horas; y además, necesitará otras 24 horas para producir el crecimiento.
A medida que vamos progresando volviéndonos más grandes y fuertes; el volumen y la frecuencia de los entrenamientos tendrán que disminuir. Es decir, hay que entrenar menos, no más, “absolutamente menos”. Debemos entender al punto de falla momentáneo como el encendido de los sistemas biológicos de desarrollo muscular, igual a cuando prendemos el interruptor de la luz, no lo apretamos seis o siete veces para que la luz encienda, solo una vez.
En resumen: Heavy Duty es llevar al músculo a la falla momentánea solo una vez y lo
antes posible. Y recuerda que la falla momentánea se
consigue cada vez que realizas una repetición con el máximo esfuerzo
(intensidad) que tu cuerpo lo permite. Ello implica también un riesgo además de los beneficios de progreso muscular: un gran exigencia cardíaca. Por ello siempre se debe compensar un entrenamiento con este sistema con alguna actividad aeróbica.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario