Generalmente,
el tratamiento consiste en una evaluación de los síntomas (no siempre es fácil
porque los pacientes tienden a cambiar de médico con frecuencia) y los
sucesivos diagnósticos alentadores del médico cuando no existen indicios de
enfermedad. Lentamente, muchos hipocondríacos se percatan de que nada serio
afecta su salud a pesar de los síntomas que padecen. Advierten que con el
tiempo su salud no se deteriora tal como ellos imaginan. Aunque cuando las
buenas noticias del médico no son suficientes para calmar al paciente de sus
miedos a la enfermedad, puede ser necesaria la ayuda de un psicólogo. Algunos
hipocondríacos han modificado su forma de pensar y sentir luego de concurrir a
un psicólogo que contenga sus temores y problemas. Así y todo, cuidar del
propio bienestar de manera sana es una forma de proteger la salud sin que ello
implique transformarse en hipocondríaco.
Situaciones que no implican hipocondría
Situaciones que no implican hipocondría
• Cambiar
de médico:
Dejar de consultar un médico y cambiar por otro es algo absolutamente normal.
Hay ocasiones en que el paciente no está conforme con el tratamiento o
simplemente no le cae bien el profesional, y elige abandonarlo y efectuar una
nueva consulta. Siempre y cuando existan razones sólidas para que así suceda,
esta conducta en sí no revela un estado de hipocondría.
• Hacer
muchas preguntas al médico: Poco tiene que ver con la hipocondría la curiosidad por saber sobre
tal o cual dolencia. Es muy frecuente que el paciente invada de preguntas al
médico, indague sobre los tratamientos y hasta consulte enérgicamente sobre su
diagnóstico. Esto que antes era considerado una conducta hipocondríaca, hoy
forma parte de la interacción normal entre médico y paciente y, en todo caso,
revela una participación activa y responsable por parte de quien desea mejorar
su estado de salud.
• Padecer enfermedades psicosomáticas: Este tipo de trastornos se originan por factores emocionales o psicológicos. Las dolencias psicosomáticas se presentan como enfermedades físicas que deben ser tratadas para evitar un debilitamiento mayor del organismo. Por ejemplo: la úlcera péptica, el asma bronquial y la colitis ulcerosa pueden ser, en ciertos casos, enfermedades psicosomáticas, que nada tienen que ver con reacciones hipocondríacas.
• Padecer enfermedades psicosomáticas: Este tipo de trastornos se originan por factores emocionales o psicológicos. Las dolencias psicosomáticas se presentan como enfermedades físicas que deben ser tratadas para evitar un debilitamiento mayor del organismo. Por ejemplo: la úlcera péptica, el asma bronquial y la colitis ulcerosa pueden ser, en ciertos casos, enfermedades psicosomáticas, que nada tienen que ver con reacciones hipocondríacas.
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