Si padeces diabetes, te propongo que sigas los siguientes
consejos prácticos de alimentación que te ayudarán a complementar al
tratamiento médico y elevar así tu calidad de vida:
Prepara la comida de forma natural: No sólo debes considerar el consumo de alimentos sanos, sino también
la forma de prepararlos. Es preciso que aprendas a utilizar una mínima cantidad
de grasa, sal y azúcar en las preparaciones.
Divide las comidas: De ser necesario recurre a un nutricionista para que te ayude a
planificar tus comidas diarias. Es recomendable tener un mínimo de 3 comidas al
día e ingerir la cantidad adecuada de alimentos en cada una de ellas. Lo ideal
es llevar 4 comidas principales y dos colaciones y, contrario a lo que muchos
creen, comer menos cantidad más veces es mejor que comer más cantidad menos
veces. Además de esta forma controlas el hambre, la ansiedad y el consecuente
sobrepeso.
Lleva una dieta variada: Tu alimentación diaria debe aportar todos los nutrientes necesarios
para que el organismo funcione correctamente. Entre los principales grupos de
comidas debes incluir: panes, cereales, pastas, arroz integral, verduras,
frutas, carnes (sobre todo pescado y pollo), lácteos descremados, legumbres,
huevo, frutos secos y aceites vegetales.
Controla el consumo de azúcar: Es necesario que controles cuánta azúcar consumes a través de los alimentos. Para ello evita las gaseosas, los jugos y otras bebidas procesadas con azúcar. También limita el consumo de los productos de pastelería y las golosinas. Por otro lado, es muy útil que leas las etiquetas de los productos antes de comprarlos; evita aquellos en los que figuran las palabras como sacarosa, dextrosa, miel de abeja, almíbar de maíz, fructuosa, melaza o azúcar en polvo. Es muy recomendable que respecto al tema del azúcar consultes siempre con tu médico.
Controla el consumo de azúcar: Es necesario que controles cuánta azúcar consumes a través de los alimentos. Para ello evita las gaseosas, los jugos y otras bebidas procesadas con azúcar. También limita el consumo de los productos de pastelería y las golosinas. Por otro lado, es muy útil que leas las etiquetas de los productos antes de comprarlos; evita aquellos en los que figuran las palabras como sacarosa, dextrosa, miel de abeja, almíbar de maíz, fructuosa, melaza o azúcar en polvo. Es muy recomendable que respecto al tema del azúcar consultes siempre con tu médico.
Limita el consumo de grasas y sal: Debes prestar especial atención a los productos grasosos y demasiado
salados. Las comidas al horno, la parrilla o hervidas son más sanas que los
alimentos fritos. Consume siempre carne magra (con poca grasa) y lácteos desnatados
(descremados). Respecto a la sal, siempre utilízala luego de las preparaciones
(nunca cocines con sal ya que se impregna en los alimentos), evita los
alimentos enlatados y nunca pongas sal a un comida sin haberla probado antes.
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