Así, aparece la dieta multicolor que propone un guía precisa para bajar de peso
a través de la tonalidad o el color de los alimentos. La combinación de los
alimentos identificados con un color específico contribuye a mantener un
equilibrio y balance en la alimentación, asegurando un aporte importante de
vitaminas y minerales a la dieta, además de los nutrientes esenciales (hidratos
de carbono, proteínas y grasas).
Por otro lado, reconocer un alimento por su color y descubrir a fondo la relación entre los distintos pigmentos y sus funciones te permite elegir al que menos calorías posee y mayor variedad de nutrientes aporta, de manera que puedas bajar de peso sin sacrificar la vitalidad.
Por otro lado, reconocer un alimento por su color y descubrir a fondo la relación entre los distintos pigmentos y sus funciones te permite elegir al que menos calorías posee y mayor variedad de nutrientes aporta, de manera que puedas bajar de peso sin sacrificar la vitalidad.
Los colores de la salud
La
elección de un alimento puede determinarse por el color del mismo y su estrecha
relación con los efectos que produce en la salud. Así es que existe una enorme
cantidad de alimentos que presentan variedades de dos o más colores, pero
siempre uno de ellos es el que se destaca sobre el resto.
Los ejemplos hablan por sí solos: Los espárragos verdes tienen más vitaminas que los blancos y nunca hay que pelarlos. La espinaca aporta más potasio, vitamina C y betacaroteno que la acelga, y además tiene menos calorías. El pomelo rosado posee más propiedades que el blanco, ya que aporta más carotenoides y flavonoides. Las manzanas verdes tienen un 50 por ciento más de vitamina C que las rojas, y aportan casi el doble de flavonoides. Las uvas negras tienen más antocianinas que las blancas, una sustancia que previene los sedimentos en las arterias. El jugo de naranja tiene 30 por ciento menos de hidratos de carbono que el de manzana, y además aporta más vitaminas y minerales.
Los ejemplos hablan por sí solos: Los espárragos verdes tienen más vitaminas que los blancos y nunca hay que pelarlos. La espinaca aporta más potasio, vitamina C y betacaroteno que la acelga, y además tiene menos calorías. El pomelo rosado posee más propiedades que el blanco, ya que aporta más carotenoides y flavonoides. Las manzanas verdes tienen un 50 por ciento más de vitamina C que las rojas, y aportan casi el doble de flavonoides. Las uvas negras tienen más antocianinas que las blancas, una sustancia que previene los sedimentos en las arterias. El jugo de naranja tiene 30 por ciento menos de hidratos de carbono que el de manzana, y además aporta más vitaminas y minerales.
Por
otra parte, se han realizado estudios científicos respecto a las diferencias
que pueden existir entre los huevos blancos y los de color. Los resultados son
más que interesantes: los huevos de color contienen hasta un 11 por ciento
menos de colesterol que los blancos y aportan además ácido fólico, fundamental
para proteger el corazón. Si bien los 300 mg de colesterol por huevo de color
aun son altos, poseen un importante contenido de grasas insaturadas, que
también protegen el corazón y disminuyen el colesterol.
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