Unas pautas de vida sanas dirán mucho a
favor de nuestro cuerpo, pero cada edad requiere una pequeña ayuda cosmética.
Glúteos, piernas, pecho y abdomen necesitan una esmerada dedicación.
Hasta las piernas
mejor torneadas acusan la edad en forma de flacidez, que se manifiesta primero
en la parte interna de los muslos. Otro tanto ocurre en
la zona del vientre y en la cara anterior de los brazos. Esto les sucede, sobre
todo, a las personas que no practican ningún deporte y llevan una vida
sedentaria, porque la práctica de ejercicio refuerza los músculos y evita la
flacidez de los tejidos cutáneos.
Un buen masaje
reductor nos permitirá sacar el máximo partido de cualquier crema hidratante.
Conviene aplicarla de una determinada manera para que el producto penetre mejor
en la epidermis y sus activos actúen con rapidez. Los expertos recomiendan
estos pasos:
En las piernas:
En las piernas:
Reparte la cantidad de
producto equivalente a una nuez por la pierna y el muslo.
Extiéndelo desde el
tobillo hasta el muslo, masajeando la piel.
Sigue masajeando hasta
que se haya absorbido para conseguir así la máxima hidratación.
Presiona con los
dedos, con pequeños movimientos circulares, las zonas más secas, como los talones,
las rodillas y los codos.
En el abdomen y los brazos:
Realiza también
masajes repetidos hasta que el producto penetre. Los
movimientos han de ser rectilíneos en los brazos y circulares en los senos y el
vientre.
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