martes, 6 de mayo de 2014

Estrategias exitosas para aumentar la "fuerza de voluntad"



La fuerza de voluntad no es una virtud genética o una faceta exclusiva de unos pocos afortunados. La realidad es que existen estrategias que ayudan a fortalecerla y que resultan muy efectivas y prácticamente gratuitas. Cuantas veces tratas de convencerte y de convencer a los demás que el lunes empiezas la dieta y el gimnasio. También te reconoces repitiendo año tras año que después de las fiestas navideñas vas a adoptar un estilo de vida más sano y natural. Estos ejemplos no hacen más que demostrar que tu falta de voluntad es inminente y que para cambiar de verdad, primero debes forzarte mentalmente.
Hacer un cambio voluntario de hábitos es perfectamente posible y está al alcance de todas las personas. Sólo es cuestión de aprender los secretos que facilitan el proceso. Utilizar sabiamente nuestros recursos para facilitar los pasos positivos y obstaculizar lo negativo, es el punto de partida de todo cambio de actitud. Hay que quitarle la connotación moralista a la fuerza de voluntad. No es una virtud congénita, como la inteligencia o el talento musical. Ni tampoco es una virtud celestial. Cuando se trata de conseguir objetivos y mantenerse en la brecha sin desfallecer, existen técnicas de estrategia mucho más eficaces y psicológicamente menos costosas que la lucha emocional que implica la alternancia entre el esfuerzo inicial, el desánimo subsiguiente y la culpa final. 

Los mecanismos del cambio

Las técnicas para incrementar la motivación se utilizan para aumentar el rendimiento en las empresas, en los deportistas y en los estudiantes. También las podemos usar para nuestros intentos cotidianos de superarnos, como por ejemplo: dejar de fumar, perder peso, controlar la ansiedad, aumentar nuestra forma física u organizar mejor el tiempo.

Motivarse para cambiar algo, comprometerse, mantenerse en el camino sin desanimarse y conseguir el objetivo son aptitudes que se adquieren con cierta disciplina. Para eso existen ciertos pasos que de en términos generales puedes ser útiles para todas las personas:

• Plantearse objetivos claros, mensurables, cortos y concretos.

• Los objetivos deben ser realistas y estar a nuestro alcance.

• Analizar los fracasos anteriores y planear las soluciones para ellos en el futuro.

• Poner los objetivos por escrito.

• No boicotear el objetivo con pensamientos derrotistas para que no se hagan realidad.

• Partir de una base realista y aceptar la situación actual.

• No ponerse metas demasiado altas ni apresurarse a conseguirlas.

• No desvalorizar los pasos pequeños. Todos nos acercan a la meta.

• Premiarse cuando se consigan objetivos, aunque sean parciales.

• Dejar de lado la perfección y promover la superación.

• No hostigarse con los percances, ya que son parte de la vida misma.

• Observar la evolución del proceso sin preocuparse en forma desmedida por el objetivo.

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