Las ideas o caminos que se proponen a continuación se pueden implementar de a
uno. A medida que se avanza se agregan o restan otras, tomando en cuenta lo que
funciona mejor para cada uno:
• El
intercambio. Compartir el problema con otras personas
que lo entienden y buscan los mismos cambios con el objetivo de bajar de peso.
Esto puede motivar e inspirarlo; saber que no se está solo es de gran ayuda.
Hable con amigos, asista a un grupo, a charlas sobre salud, inicie un programa
para adelgazar, no es imprescindible tener una actitud decidida, tampoco hay
que esperar resultados enseguida. Puede suceder que en la reunión número 50 con
su grupo surja el "clic".
• El
camino intelectual. Si es un buscador continuo de
información puede comenzar leyendo artículos sobre salud, coleccionar folletos,
leer las etiquetas de los alimentos, escuchar la radio, ver un programa de
salud en la TV, investigando un plan de salud. A medida que se obtiene
información sobre nutrición, ejercicio o un estilo de vida sano, se acerca al
momento clave.
• El
camino del cuerpo. Hacer algo con el cuerpo puede ser
un deporte o clases en un gimnasio, pero también puede ser limpiar la casa,
bañar el perro, pintar el cuarto, bailar... La idea es dejar de pensar sobre el
problema e involucrarse con el cuerpo el tiempo suficiente para que la mente
baje la guardia y se levanten las barreras. Esto puede permitir que el
pensamiento que favorece el "clic" lo haga visible.
• El
camino del silencio. Cualquier recurso que se utilice
para silenciar la "charla mental" (meditación, relajación,
visualización creativa, e incluso baños de inmersión) permitirá que "esa
pequeña voz interior" se haga oír. La sabiduría china cuenta con una frase
que refleja esto claramente "Si estás en silencio hablarás, si hablas se
mantendrá en silencio".
• El
camino contrario. A veces nos decimos tanto
"tengo que adelgazar" que quedamos congelados, inmovilizados, no
vemos más allá de nuestras narices. En esos momentos tal vez sea bueno
liberarse haciendo algo que no tenga nada que ver con nuestro objetivo. Este
enfoque de lo "opuesto" nos permite dejar de resistirnos al problema
u obstáculo. Hay un momento para todo: paradójicamente, cuando aceptamos
ciertas cosas que no se pueden cambiar se produce el cambio. Es entonces cuando
se comienza a modificar aquellos hábitos y circunstancias en las que sí se
puede trabajar.
• Tocar
fondo. Muchas veces es el inicio para salir de un
problema. ¿Quién no sintió alguna vez que deseaba llorar hasta agotar las
lágrimas antes de recomponer su ánimo para seguir adelante?
Lo más importante de este trabajo de reconocimiento es saber que no se trata de correr tras un programa de ejercicio o una dieta con resultados inmediatos, sino de encontrar un estilo de vida saludable.
Las señales que indican que se está encaminado hacia su logro son más energía, una postura corporal más erguida, mayor asertividad. Físicamente, la sensación es de mayor libertad. Se deja de dar excusas y de culpar a otros por la situación. Comienza el crecimiento.
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