Obesidad, porque el consumo excesivo de azúcar favorece un balance calórico positivo y ello incrementa el riesgo de sufrir un exceso de grasa en el organismo.
Déficit de vitaminas del complejo B, que se necesitan para metabolizar hidratos en el organismo, y al consumir azúcar en exceso se eleva la demanda de B1, B2 y B5, vitaminas que pueden sufrir deficiencias.
Hipertrigliceridemia, porque aumenta la producción de triglicéridos en sangre así como su acumulación lo cual puede dar origen a enfermedades cardiovasculares.
Hipertensión arterial, porque disminuye el oxido nítrico que dilata las arterias y por ello, incrementa la rigidez de las mismas que se traduce en mayor presión arterial.
Acné, pues en personas predispuestas a sufrir acné la gran liberación de insulina que genera el consumo elevado de azúcar puede dar origen a rebote.
Caries dentales, cuyas bacterias causales se alimentan de azúcares simples, por eso, no sólo lo causa el azúcar sino también, la miel y alimentos ricos en hidratos simples.
Adicción, pues fisiológicamente estamos preparados para el gusto por lo dulce y un consumo elevado de azúcar puede incitarnos a buscar más, sobre todo, si estos azúcares van mezclados con grasas en un alimento, por ejemplo: dulce de leche, pasteles, bizcochos, bollos, galletas y demás.
También se ha indicado una relación directa entre el consumo de azúcar y la diabetes. Las personas que padecen de diabetes pueden consumir moderadas cantidades de azúcar, siempre que lo hagan como parte de una dieta balanceada que incluya proteínas y grasas. La realidad demuestra que los diabéticos pueden consumir todo tipo de carbohidratos, incluyendo azúcares. Lo más importante es vigilar la cantidad total del consumo diario. Aunque los carbohidratos complejos —que además proveen fibra— descomponen la glucosa en la sangre de manera lenta demandando así dosis bajas de insulina (sustancia que excreta el páncreas para la digestión de la glucosa en sangre). Así si se evitan los azúcares simples, se evitan esas abruptas subidas de glucosa en sangre. A veces el consumo de productos como el pan blanco, arroz blanco, patatas o, inclusive, zanahorias, puede tener el mismo efecto en los niveles de azúcar en la sangre que la ingestión de caramelos o tortas. Lo ideal es que los alimentos ricos en azúcar sean sustituidos por otro tipo de carbohidratos, en lugar de ser simplemente agregados a las comidas.
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