martes, 25 de junio de 2013

Mucho trabajo: Síntoma de una inminente enfermedad


Por lo general, los adictos al trabajo no se caracterizan por la calidad del trabajo ni por la remuneración que perciben. Les encanta trabajar mucho, superar las barreras del cansancio físico, sacrificar sus horas de ocio. Extienden los horarios de trabajo aunque la presión externa sea inexistente. Para poder trabajar contra reloj, a veces consumen pastillas con las cuales logran encubrir las señales de cansancio que les envía el cuerpo. Confunden entretenimiento, vida social y deporte con rendimiento laboral. Planean, organizan, resuelven y negocian las veinticuatro horas del día, aunque estén en medio de una comida.
Si bien los conflictos sociales y económicos pueden generar esta enfermedad, en general a los hombres los motiva la ambición de dinero y poder. Las mujeres tampoco están exentas, pero también se obsesionan en labores poco rentables: docentes, investigadoras, trabajadoras sociales tienen tanta adicción al trabajo como las ejecutivas mejor pagas. Esto es así porque para ellas el trabajo es una fuente de satisfacción y enriquecimiento de la autoestima. Las que están casadas y tienen hijos, suelen ocuparse también de las tareas domésticas. En consecuencia, experimentan sentimientos encontrados: disgusto por restarle tiempo a su trabajo afuera, y culpa por no atender a sus hijos como ellos merecen.
Aunque tarde o temprano, tanto hombres como mujeres, padecen de las consecuencias que produce la adicción al trabajo: insomnio, sobreexcitación y depresión. La siguiente etapa es aún peor, ya que aparecen úlceras estomacales, infecciones en las vías respiratorias, colon irritable e infartos.

El exceso de trabajo: Un camino seguro hacia el fracaso personal

La estabilidad emocional contribuye a la realización personal y favorece la concentración. Los expertos señalan que se trabaja tanto para satisfacer las necesidades materiales como las de expansión y enriquecimiento cultural. Por esta razón, las personas que realizan un sobreesfuerzo laboral y dejan de lado todo lo que implica placer, experimentan dificultades para establecer vínculos estables. No rechazan el desafío de un entorno laboral muy exigente y competitivo: se exigen más de la cuenta para no ser desplazadas. Sin embargo, no son la clara imagen del líder. El concepto actual de liderazgo se relaciona con el equilibrio mental, las relaciones familiares sólidas, el compromiso social y el disfrute del tiempo libre.
Por otra parte, excesiva dedicación no necesariamente implica eficacia. Pues el agotamiento intelectual y la falta de gratificaciones afectivas, así como los recelos que su actitud provoca en el entorno, hacen que los adictos al trabajo tengan cada vez menos apoyo de sus compañeros. Por eso suelen necesitar más tiempo para realizar sus trabajos, con lo que refuerzan aún más el comportamiento obsesivo. La acumulación de trabajo es absorbente y genera comportamientos perjudiciales en el mismo ámbito laboral. La clave para cambiar este estado está en reconocer que el éxito no sólo se vincula con el trabajo, sino con todas las áreas vitales, incluidas la correcta distribución del tiempo, la comunicación y las relaciones afectivas, el ocio y la diversión sin presión.

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