Andar en bicicleta es una actividad recomendada para personas de todas las edades. El ciclismo, como actividad aeróbica, beneficia el sistema cardiovascular y favorece las articulaciones ya que los pies no están en contacto con el suelo. Además, existen beneficios complementarios como el estímulo de la creatividad: imagina que vas en bicicleta por una ruta, sintiendo el viento, a través de un imponente paisaje.
Sin embargo, debes tener en cuenta algunos puntos a la hora de encarar una
auténtica sesión de ciclismo.
La bicicleta adecuada
A la
hora de comprar una bicicleta debes tener mucho cuidado, pues es importante
encontrar la que sea adecuada para ti. La bicicleta tradicional de paseo tiene
de 10 a 24 velocidades, un manubrio o volante bajo (que puede reemplazarse por
uno recto), un cuadro metálico ligero y ruedas de aleación. Las bicicletas de
montaña poseen unos neumáticos más anchos y el manubrio es recto, y la mayoría
tienen de 18 a 24 velocidades. Estas bicicletas se diseñaron originariamente
para correr fuera del asfalto, pero funcionan bien en la ciudad, especialmente
por los baches en el pavimento o bordillos. Si deseas andar por caminos de
tierra, una bicicleta de montaña será la mejor elección.
También
es preciso que observes algunas indicaciones prácticas:
• Medida del cuadro: cuando te pongas de pie encima
de la bicicleta, la barra superior horizontal debe estar unos 5‑7 cm por debajo
de la entrepierna.
• Altura del asiento: con las zapatillas puestas, la
rodilla debe quedar ligeramente inclinada cuando el pie esté sobre el pedal.
• Manubrio: la anchura debe ser la misma que la de los
hombros. La altura del pie del manubrio (la pieza que junta el manubrio y el
cuadro) ha de ser 2,5‑4 cm inferior respecto a la parte superior del asiento.
• Seguridad: El uso del casco, rodilleras, luces de posición, guantes y ropa deportiva son las claves para disfrutar la práctica del ciclismo sin problemas, protegiendo tu cuerpo a posibles contratiempos. También debes llevar siempre la cantimplora (botella) con agua fresca para hidratarte durante el paseo, sobre todo en épocas de calor.
• Seguridad: El uso del casco, rodilleras, luces de posición, guantes y ropa deportiva son las claves para disfrutar la práctica del ciclismo sin problemas, protegiendo tu cuerpo a posibles contratiempos. También debes llevar siempre la cantimplora (botella) con agua fresca para hidratarte durante el paseo, sobre todo en épocas de calor.
¿Dónde y cómo andar?
Conducir
por la mayoría de las calles de pueblos y ciudades es divertido y seguro si se
siguen unas simples normas. No te dejes intimidar por los automóviles ya que el
secreto de la seguridad está en sentirte como un elemento más del tránsito.
Primero, es importante que adquieras confianza llevando a cabo algunas técnicas de conducción básicas: cambiar de marcha, frenar suavemente, girar con rapidez, correr rápido por entre el tráfico. Aprende a hacerlo sin agotarte y de manera relajada. Las prácticas incidirán en el perfeccionamiento; una zona de aparcamiento vacía o las tranquilas calles de una área residencial son buenos lugares para mejorar tu técnica.
Trabaja una técnica de pedaleo apropiada y
continua. Aprende cómo aumentar tu ritmo a un nivel de 70 a 90 revoluciones por
minuto: 70 significa 70 pedaleos de tu pie derecho (revoluciones completas de
pedaleo) en un minuto. Con una marcha apropiada, esto variará según el terreno.
Practica el cambio de marchas y aprende cuáles son buenas para tu ritmo. No uses
una marcha demasiado alta que te haga forzar las rodillas.
Primero, es importante que adquieras confianza llevando a cabo algunas técnicas de conducción básicas: cambiar de marcha, frenar suavemente, girar con rapidez, correr rápido por entre el tráfico. Aprende a hacerlo sin agotarte y de manera relajada. Las prácticas incidirán en el perfeccionamiento; una zona de aparcamiento vacía o las tranquilas calles de una área residencial son buenos lugares para mejorar tu técnica.
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