jueves, 19 de septiembre de 2013

El sauna y sus beneficios para el cuerpo



El sauna es un tipo de baño de origen escandinavo que inicialmente consistía en una cabaña hecha de troncos, la cual se usaba como lugar de reunión. En la actualidad es una cámara aislada hecha de tablones de pino que puede instalarse en casi cualquier casa que tenga el espacio necesario.
La mayoría de los saunas tienen bancas de madera adosadas a las paredes y colocadas a alturas diferentes; como el aire caliente tiende a subir, la banca más alta es la que hace sudar más copiosamente. La temperatura ideal de este tipo de baño es de entre 88 y 93 °C, con una humedad relativa de entre 10 y 15%, la cual se regula por medio de un termostato instalado fuera de la cámara.
Para aprovechar los máximos beneficios del sauna, hay que quitarse toda la ropa, las alhajas y cualquier otro objeto que pudiera estorbar. No es recomendable envolverse con una toalla, pues esto impide la sudoración y puede ocasionar malestar, debilidad y dolor de cabeza.
El sauna contribuye eficazmente a desintoxicar el organismo, estimula la circulación sanguínea y promueve la relajación corporal.

Cuidados del uso del sauna

Si el cuerpo se acostumbra al calor seco del sauna, es posible pasar hasta una hora en la cámara. Los especialistas afirman que un baño de vapor de 30 minutos de duración ayuda a desintoxicar el organismo en una proporción equivalente a 24 horas de funcionamiento normal de los riñones. Además indican que no hay impedimento para realizar un ejercicio moderado dentro del sauna a condición de que no se hayan tenido reacciones adversas en ocasiones anteriores y se tenga una buena salud general. Aunque esto último debe evitarse si no se tiene la experiencia necesaria en este tipo de baño.
Primero y antes de entrar a la cámara hay que ducharse con agua templada para facilitar la limpieza de la piel, y luego del sauna conviene bañarse con agua fría o meterse a nadar un rato en una piscina para vigorizar el cuerpo.
Al principio conviene permanecer sólo 5 o 10 minutos dentro del sauna, de preferencia en la banca baja (la menos caliente), y luego aumentar paulatinamente la duración de cada baño. En caso de sentir mareo, debilidad, palpitaciones o escalofrío a consecuencia del vapor, hay que salir de la cámara, pasar a una habitación tibia y descansar hasta recuperarse. De todos modos, siempre es aconsejable que ante cualquier duda sobre sus efectos, se consulte a un médico antes de usarlo.

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